Indignante, ya lo he dicho muchas veces, que un hombre pegue a una mujer. Y aún más indignante que veamos como día tras día mujeres sean maltratadas o asesinadas por sus parejas y no hagamos algo de una vez por todas.
A mi el tema de los minutos de silencio por cada víctima asesinada no sólo me parece un acto para la galería de los políticos de turno, sino una burla propia de una sociedad que se rasga las vestiduras y no hace absolutamente nada.
Ayer fue un día absolutamente insoportable en este apartado. Un día intolerable en el que se demuestra una vez más la incapacidad de nuestra sociedad para detener a los malnacidos que se atreven a pegar o a matar a una mujer. No bastan leyes de muy dudosa condición legal, ni que se le de una orden de alejamiento a un infractor que acaba saltándosela.
Hay que fomentar y legislar en cuanto al endurecimiento de las penas y que por fin las mujeres se sientan protegidas por la Ley. Es importante que no se haga una burda campaña electoralista sobre sí hay más o menos muertes que en determinada legislatura. Los asesinos atacan haya el Gobierno que haya. La clave es que la administración actúe en favor de las víctimas.
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