Este post no tiene como objetivo hacer un homenaje al gran director Elia Kazan, sino mostrarnos una parte muy difícil para la vida de dicho director. Un hombre que fue marginado por la profesión, no por que sus películas no fueran buenas (lo digo y lo diré siempre: eran de temática dura, pero maravillosas), sino por cierto suceso que tuvo lugar en plena "Caza de Brujas" dirigida por el senador McCarthy contra todos aquellos que hubieran actuado contra los intereses de los Estados Unidos, entre lo que se encontraba formar o haber formado parte del partido comunista o haber colaborado con él.
Muchos cineastas fueron puestos en el disparadero. El más conocido, aunque no el único, fue Charlie Chaplin, que forzó su "exilio" de los Estados Unidos porque las cosas se le estaban poniendo muy mal. Muchos artistas del séptimo arte fueron llamados por el Comité de Actividades Antinorteamericanas, siendo uno de ellos el director de origen griego Elia Kazan. Desde la profesión se había impuesto el silencio de cara a un comité, que estaba dispuesto a buscar comunistas hasta de debajo de las piedras (Muchos chistes se hicieron sobre ello).
Sin embargo, Kazan no sólo no respetó ese silencio, sino que hablo sobre las relaciones propias con el partido, así como la de muchos compañeros. Kazan estaba sentenciado para muchos de sus colegas, que literalmente dejaron de hablarle. No obstante, de esta historia sacó una magnifica obra "La Ley del Silencio" (el título en español lo dice todo) en el que Marlon Brando se vera en la encrucijada de denunciar las actividades ilegales del puerto orquestadas por la mafia y llevadas a cabo por los obreros entre los que se encuentra él o que todo siga igual. Kazan siempre negó la relación entre su caso y la realización de esta película, pero es evidente que el personaje interpretado por Brando es toda una justificación de la delación.
Kazan y Brando |
Toda una apología de la delación, que no le impidió, pese a los ánimos caldeados, conseguir 8 Oscars, entre los que se encontraban el de Mejor Película, el de Mejor Director y el de Mejor Actor para un Brando colosal. De hecho, a pesar de su declaración ante el comité y el desprecio por parte de sus colegas, dirigió obras tan monumentales como "¡Viva Zapata!", "Al Este del Eden" o "Baby Doll".
Esto le llevo a obtener un merecido Oscar Honorífico en 1999, viéndose el odio que despertaba en algunos profesionales del séptimo arte, ya que sí bien muchos aplaudieron, unos cuantos permanecieron sentados y sin aplaudir. Un Premio merecido por su gran trayectoria, que para desgracia y escarnio del séptimo arte nos mostró como la política puede separar a personas a las que les une algo tan grande como puede ser el Amor al
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