Mucho se ha hablado estos días de la finaciación ilegal de un grupo político, cuyos dirigentes fueron asesores del régimen dictatorial venezolano. Todos se preguntan cómo es posible que este tipo de personajes, que han recibido dinero de una dictadura y han actuado como instrumentos para la represión, hayan sido elegidos para el Parlamento Europeo y haya gente dispuesta a votarles. Son gente, que, además, han hablado como han hablado de los etarras, han defendido y alabado sistemas totalitarios como el mencionado régimen de Venezuela y sus perfiles de redes sociales han amenazado e insultado a todo aquel que no piensen como ellos. Claro, hasta que obtuvieron representantes en Europa porque ahora no se les oye mencionar al dictador Chavez como el salvador de Venezuela, al que todos deben imitar.
Lo que he mencionado es muy grave. Tan trágico como el que haya gente que con este "currículum" político, sabido por todos, este dispuesto a votarles. Sin embargo, es mucho más inmoral el que esos señores que dicen defender a los pobres y a los desamparados acepten y reciban dinero de un país en el que sus propios habitantes no tienen dinero para comprar un pan, un gramo de azúcar o productos de higiene personal. Todo sabemos como actúan las dictaduras. A los dictadores les importa un carajo los ciudadanos a los que aplastan sí lanzan la mínima queja. Los dictadores son libres sólo ellos y como tal utilizan el dinero para perpetuarse en el poder y pagar a asesores para expandir su corrupta forma de actuar, algo que parece hicieron y siguen haciendo unos señores que desprecian la Democracia y se erigen en voz del pueblo cuando ni siquiera tiene representación parlamentaria en España. El pueblo venezolano pasa hambre, mientras ellos se lo llevan calentito.
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