"Hay que hacerle Justicia a Cervantes, no a sus restos" Esta frase dicha por el literato José Manuel Caballero Bonald es un ejemplo de aquello que se tiene que demandar por parte de los que amamos la literatura y concretamente la obra del Príncipe de los Ingenios. Es verdad que la obra de Cervantes ha sido estudiada hasta la saciedad, se abren Institutos Cervantes para el estudio de la lengua hispana y que existen los premios Miguel de Cervantes al mejor literato en habla española. Pero ¿Es suficiente?
Creo que don Miguel que ya de por si nació, vivió y murió pobre, alejado de las loas muy posteriores a su fallecimiento, merece que todo un país, su Patria, haga justicia con su memoria. Cervantes es mucho más que el fiel reflejo de un hidalgo que se volvió un loco (idealista) y que combatía contra molinos de viento y que combatia contra la injusticia. Cervantes forma parte de una historia que hasta la fecha no ha sabido rendirle culto. Y es nuestra responsabilidad que, más allá del supuesto hallazgo de sus huesos, de una vez por todas se haga un homenaje como Dios manda al manco de Lepanto. Un hombre que fue enterrado junto a cientos de cuerpo en el fondo de una oscura cripta. Un hombre del que nos ha llegado su forma de ser y actuar en función de sus grandes y maravillosas obras de las que les animo a leerlas. Un hombre que murió olvidado de todos y, sin embargo, alcanzó la Universalidad gracias a que nos dejo todo un legado literario del que somos sus beneficiarios. Caballero Bonald tiene razón: La figura de Cervantes es mucho más importante que sus restos. Es trabajo de TODOS el que se haga Justicia a uno de los grandes literatos n sólo de Castilla, sino de la literatura Universal.
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