Corrupción y elecciones

En España nunca ha habido autocrítica. Nadie asume sus responsabilidades cuando lo hace mal. De hecho, es muy frecuente que siempre se echen las culpas al de al lado. Y sí se da en muchos estratos de nuestra sociedad, en la política más que nunca. 

 

Lo podemos ver cuando los políticos hacen hincapié en los "malos" del otro lado, pero no en los propios e, incluso, los ciudadanos le echan la culpa a los políticos de todos sus males, aunque después les votan elección tras elección. 

Creo que España como sociedad tiene que avanzar mentalmente y dejar de literalmente tirarse los trastos a la cabeza. Un político que pone de relieve el caso de corrupción del otro partido, quitándole importancia al del suyo no es precisamente un ejemplo bueno sí queremos que este país alcance la definitiva Regeneración. Hacen falta menos infantilismos mentales por parte de nuestra sociedad y más hombres y mujeres que asuman responsabilidades independientemente del pensamiento ideológico propio. 

Y con todo esto, no puedo entender que un partido al que le salpican los casos de corrupción, vaya a ser la fuerza más votada en Andalucia. Una región que históricamente ha carecido de muchas cosas, entre ellas algo tan importante como buenos gobernantes. Una región donde no es que haya casos de corrupción, sino que es la que más paro tiene y economicamente se encuentra en la ruina. Y la gente sigue votando a los mismos. No se como lo haría el PP, Ciudadanos o el quien sea, pero esta claro que los mismos que la han llevado a la miseria, no serán precisamente los que la saquen de ella. Claro que hay dos posibilidades del porque la gente va a votar a un partido con múltiples casos de corrupción: porque son masoquistas y quieren pegarse un tiro en el pie o porque les importa un bledo todo. 

Es cierto aquello de que la corrupción no penaliza en unas elecciones y no sólo me remito a Andalucia, sino a territorios como los del Mediterráneo o las islas, tanto Canarias como Baleares. Eso demuestra una vez más la falta de sentido común de los votantes que, tras 40 años de Democracia, aún no tienen asumido que más importante que la ideología, son la honradez y el compromiso con la Libertad y España.