Con este mote no me refiero a los maleducados que hay en las grandes o a los ultras, pues éstos sólo son gentuza. Me refiero a esos dirigentes, que pervienten el deporte para sacarse un dinerillo extra o pervienten los resultados en una eliminatoria.
Me refiero a las tonterías de los play-off o eliminatorias por el título que hacen que muchos partidos pierdan trascendencia. Así lo vemos en el baloncesto, el voleibol o, incluso, en el fútbol donde vemos como se disputan eliminatorias por el ascenso a la Primera Divisón Española, pudiendo cambiar de categoría equipos desde el 3º al 6º. Lo curioso es que equipos sin nivel puedan alcanzar la máxima categoría del fútbol español, ya que puede que hasta el 6º o el 7º (sí hay filial de por medio) pueda clasificarse sin merecerlo. El balonmano desde hace tiempo decidió quitar las eliminatorias por el título y el primero, el que se lo merece, es el equipo que gana el título, consiguiendo, además, que todo y cada uno de los partidos ganen interés.
Después están las tonterías que vemos en el fútbol europeo donde el valor doble de los goles en campo contrario hacen que puedas pasar una eliminatoria sin haber ganado un solo partido. Una estupidez que supuestamente se hizo para que los equipos italianos atacaran más, pero no sólo no se ha acabado con la racaneria en el balompié, sino que se ha favorecido.
Estos que tanto dicen defender el deporte, son los que lo desprecian y los que no se van ni con agua hirviendo del asiento cual político. Y la Federación Española de Fútbol y la ACB saben de los que les habló.
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