Aquel lugar de la Mancha...

Es uno de los comienzos más conocidos de la historia de la literatura universal. Les habló, como habrán adivinado del comienzo de la obra universal por excelencia. La catedral de las letras: el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. 

El comienzo de tan magna obra dice así:

"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor"

Un comienzo aparentemente extraño y que ha llevado a conjeturas sobre ese lugar del cual don Miguel no quería acordarse. Me resulta llamativo que haya incluso poblaciones que se disputen el ser la "Patria" de Don Quijote. Llamativo porque no da buena prensa el hecho de que seas precisamente el lugar del cual no quería acordarse el divino manco de Lepanto, seguramente por algún asunto que desconocemos, pero que no fue bueno para un don Miguel que, como el mismo pone en boca del cura, es más versado en desdichas que en versos.

Es básicamente la historia de un hombre que se vuelve loco y que, junto a su fiel Sancho, nos lleva a un mundo en el que hay que defender la justicia y al menesteroso. Un mundo que para desgracia de nuestro Quijote sólo esta lleno de inmundicia y en el que la palabra dada no vale nada. Un hombre al que apalean continuamente y que recibe más de una burla por parte de aquellos que ven en ese hombre defensor de la Libertad como de las causas justas, a un lunático al que un día se le seco el cerebro de tanto leer libros de caballerías. 

Puede que los molinos de viento no sean más que una metáfora del choque entre los que defienden la justicia frente a los que desprecian todo aquello que no sea más que lo suyo propio. Cervantes fue un hombre de su tiempo, pero sus obras, no sólo el Quijote, decían mucho de lo que él pensaba. 

El Quijote (1ª y 2ª parte) son casi 1000 páginas de una de las aventuras más extraordinarias de la literatura universal. Una aventura que comenzó en aquel lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes, pero que bien puede ser cualquier lugar en el que alguien se atreva a leer los sucesos ocurridos a Don Quijote y Sancho Panza.