sábado, 4 de abril de 2015

Clásicos Inmortales: El Hombre Mosca

Harold Lloyd, con respeto a Chaplin o a Keaton, parece uno de los grandes olvidados de la historia del cine cómico en su etapa muda para la mayoría del público y, sin embargo, podemos decir que es uno de los grandes del género, algo que consiguió, entre muchas grandes obras, gracias a esta película, una de las mejores del cine en aquellos locos años 20.


Harold (Harold Lloyd) decide marcharse de su pueblo. Su idea es encontrar un trabajo en la ciudad que le permita casarse con su novia Mildred (Mildred Davis).
Sin embargo, el sueño de Harold no se cumple y tras unos meses debe conformarse con compartir un pequeño apartamento que ni siquiera puede pagar, con un amigo que trabaja en la construcción, mientras que él es un simple dependiente en un almacén de venta de telas.

La vida no es facil en la gran ciudad

Harold no se resigna y suele escribir a su novia contándole lo supuestamente bien que le va todo, para lo que le envía algunos regalos, diciéndole que es el encargado de los almacenes. No obstante, lo que no espera  es que Mildred decida ir por sorpresa a visitarlo, aconsejada por su madre que teme que él "exitoso" Harold encuentre otra novia y la olvide. 
Harold tendrá que hacer todo lo posible para que su novia no se dé cuenta de la realidad, aprovechando, entre otras cosas, que el director le llama a su despacho para amonestarle, para simular ante ella que él es el propio director, debiendo ingeniárselas para que no le sorprendan en él y le despidan cuando Mildred le insiste en ver su despacho.

jefe por un momento

Es en ese momento cuando tiene la oportunidad de escuchar una conversación en la que el director se muestra deseoso de encontrar algún tipo de reclamo que permita que su almacén sea más conocido. Esta tan desesperado que promete dar 1000 dolares a quien encuentre el modo de publicitarlo.
Harold comprende que con ese dinero podrá casarse y se presenta con una gran idea. Hará que su amigo (Bill Strother) escale el edificio del almacén, atrayendo así a muchos curiosos y a toda la prensa. La cosa es que su amigo es un gran escalador, algo que demostró cuando escapo de un policía (Noah Young), subiéndose a un edificio.
Cuando todo el mundo espera expectante para ver a ese gran escalador, surge un problema. En la base del edificio se encuentra esperando al escalador el mismo policía del que había escapado.  Harold no puede perder ese dinero, por lo que decide trepar él mismo el edificio, pensando que su amigo le sustituirá cuando llegue al primer piso.


Pero como no consigue despistar al policía, su amigo se ve obligado a subir otro más, encontrándose al llegar a cada uno de los pisos superiores con el mismo problema, por lo que será finalmente el propio Harold, totalmente extenuado, quien trepe todo el edificio, a pesar de las dificultades que se va encontrando en su camino como espectadores o palomas, estando a punto de caer en más de una ocasión.
Finalmente llegará hasta la azotea donde le espera Mildred, y, aunque nuevamente está a punto de caer consigue finalmente acabar en sus brazos, comprendiendo su novia el sacrificio realizado por el Amor tan grande que le tiene. Todo eso ocurre, mientras su amigo huye del policia, que no pierde la esperanza de meterlo entre rejas. 


Esta película nos ha dejado la imagen icónica de un Harold Lloyd agarrandose de un reloj, estando a punto de caerse. En su momento, fue una de las grandes obras de la comedia y sí ya Lloyd era muy reconocida, con esta obra alcanzo la inmortalidad cinematográfica.

Ficha

Dirección
Fred C. Newmeyer
Sam Taylor
Producción
Hal Roach
Guión
Harold Lloyd
 
Sam Taylor
Música
Don Hulette
Fotografía
Walter Lundin
Montaje
Thomas J. Crizer
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1923
Género
Comedia
Duración
73’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Harold Lloyd
El chico/Harold
Mildred Davis
La chica/Mildred
Bill Strother
El amigo
Noah Young
Policia

Escena del reloj

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