Puede que muchas opiniones salgan en el día del libro sobre el bien de la lectura. No sería justo por mi parte que la mía fuera una de tantas opiniones sobre el placer de leer un libro. De hecho, sería hipócrita por mi parte aprovechar tal día para sacar lo bueno que es leer.
Leer es bueno, sea el día 23 de Abril o cualquier otro día de la semana porque una sociedad que no lee, aparte de no saber escribir de forma correcta, es más domesticable por parte de gente, que utilizan la demagogia nos hace creer cosas que no son. Por eso las dictaduras de cualquier signo político le temen a los libros y así hemos visto como de forma atroz millones de fuentes del saber han sido quemados, practica habitual durante años inquisitoriales o el nazismo.
Leer ayuda a sintetizar tus propias opiniones y a saber más sobre sobre otras tierras a la que ni en sueños pensaste llegar. El propio Julio Verne se documento sobre tierras a las que nunca había ido fisicamente y nos dejo obras de gran calado. Posteriormente, iría a los países, que ya había visitado en sus propios libros.
El que exista un día del libro no es más que una excusa del comerciante para vender. Una excusa que ayuda a vender libros que probablemente nunca serán leídos porque vivimos en una sociedad donde se desprecia la cultura. Una pena porque no hay nada como coger un libro, cuyas paginas nuevas o viejas, nos invitan a adentrarnos en un mundo donde nuestra imaginación hará el resto. Un libro: ese gran compañero de viaje.
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