lunes, 6 de abril de 2015

El legendario Drago

Esta es quizá una de las especies endémicas de las Islas Canarias más conocidas en medio mundo. Ya apareció en la celebre obra de el Bosco conocida como el Jardín de las Delicias. Y para los aborígenes canarios alcanzo el grado de árbol sagrado. Incluso de su nombre se desprende algo de mística, ya que su nombre en latín, Dracaena draco, procede ni más ni menos que de la palabra dragón. 


El Drago tarda en crecer un metro por década, siendo por lo tanto de crecimiento lento, pasando de un tallo liso a un tallo rugoso a medida que pasan los años. El Drago más conocido es el de Icod de los Vinos en la isla de Tenerife, declarado Monumento Nacional en 1917, que, como su nombre indica, tiene muchisimos años, alcanzando la altura de 18 metros. No obstante, a pesar de su nombre, se estima que dicha especie de Drago tenga 500 ó 600 años.

Detalle del Drago en el Jardín de las Delicias

Como ya dije el Drago fue muy valorado por los antiguos habitantes de las islas, ya que según ellos tenía propiedades mágicas, derivadas de una resina roja producida por éste y que debido a su coloración se conoce como sangre de drago. En la antigua Roma y en la edad media fue considerado un árbol mágico y cuyas proporciones monstruosas llevaron a la existencia de varias leyendas en torno a su figura. 


El Drago no sólo es exclusivo de las Islas Canarias. De hecho, tiene parientes muy cercanos en el este de África y en algunas islas del océano Índico. Lo cierto es que a día de hoy el Drago es uno de los elementos botánicos más importantes de Canarias, así como uno de los símbolos más visibles de dicho archipiélago.

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