Cuando ridiculizan a Raúl, diciendo que sus goles eran churros o que al lado de los Zidane, Figo, Rivaldo y otros futbolistas de su época era un futbolista de muy bajo nivel, les diría que saben más de ingeniería nuclear que de fútbol del cual no tienen ni puñetera idea. A diferencia de estos astros que acabó de nombrar, Raúl tenía algo que lo hacía diferente. Podría tener más o menos calidad; meter mejores o peores goles, irse de tres defensas o de ninguno, pero por encima de todo, en las duras y las maduras, siempre estaba Raúl.
Puede que fuera debido a que era español o jugara en el Real Madrid y la Selección Nacional, pero Raúl siempre tuvo que justificarse frente a todos los que le criticaban con goles y con una garra que le faltaba a muchos jugadores no sólo adversarios, sino compañeros de equipo. Porque sí algo representó Raúl fue algo tan perdido y me atrevería a decir que denostado como la Furia Española.
Es verdad que Raúl nunca ganó nada con la Selección, pero si les soy sincero me divertí más con la España de Camacho (que entre otras goleadas le metió 9 a Austria con 4 goles de Raúl) que con este combinado aburrido, que cree que es mejor tener un 90% de posesión que meter goles.
Y ese es el precisamente el resumen de Raúl: goles. De todas las formas los metió el 7 de su equipo y de España; goles que hicieron que su equipo ganara la Copa de Europa después de 32 años y que le llevaron a ser uno de los grandes goleadores de su tiempo.
Raúl acaba de anunciar su retirada definitiva del fútbol; años de fútbol y goles se amontonan en todos aquellos aficionados que hemos admirado su fútbol. Se retira tras dedicar más de la mitad de su vida a ese deporte del balón redondo que tanto engrandecieron otros... y también Raúl.
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