Es indudable que don Gustavo Adolfo Bécquer es uno de los grandes poetas del Romanticismo; un hombre con una poesía preciosa a la par que melancólica, que lo convierte en todo un referente. Sin embargo, Bécquer no sólo destacó por sus poemas, sino por una serie de narraciones aparecidas en folletín o como por entregas que son conocidas como leyendas.
Estas son narraciones, escritas como historias aparentemente reales, pero todas y cada una de ellas presentan elementos fantásticos o insólitos, que hacen que el lector no pueda parar de leer para saber cómo acaba tal historia. Bécquer era un gran admirador y conocedor del acervo cultural en España y por eso utilizó historias fantásticas que ya se contaban en el país, para hacer una especie de recopilación, añadiendo otros elementos propios del Romanticismo al que el pertenecía.
Así tenemos leyendas tan conocidas por todos como "Maese Pérez, el organista", "Los ojos verdes", "El monte de las ánimas", "La cruz del diablo", "El Miserere" o "La creación" (en la que nos demuestra su conocido interés por la cultura hindú, relatandonos la creación del mundo según esta religión) entre otras maravillosas narraciones.
Las historias fueron publicadas por su autor entre los años 1858 y 1864, evocando ese pasado histórico, mezclado con la fantasía (a veces asociada a las supersticiones derivadas de la Religión) y demostrando que Bécquer no sólo era un fantástico poeta, sino un magnifico narrador.
Sin embargo, Bécquer fue un mal promotor de si mismo. Ya comenté en alguna otra ocasión que todos sus escritos, poéticos o no, nunca fueron publicados, mediante libros, sino en periódicos de la época o folletines. Así el magnifico Bécquer nunca salió de las estrecheces económicas.
Sus amigos, que conocían su gran labor, decidieron, tras su muerte hacer todo un homenaje a su amigo y publicaron un libro en la que aparecían sus rimas, pero también sus leyendas, siendo muy conocida las ediciones tituladas como "Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer". Cabe decir que no todas las ediciones presentan el mismo número de leyendas, echándose en faltar alguna, que no resulta tan conocida como las que mencione anteriormente.
Lo cierto es que lo que hicieron sus amigos fue todo un homenaje que llevó a la inmortalidad al gran Gustavo Adolfo Bécquer; maestros de maestros en poesía... y también en prosa.
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