lunes, 20 de mayo de 2013

El dinero que, siendo de todos, es de nadie

Estos días se realizaran miles de declaraciones de la renta. En ellas los ciudadanos españoles pondrán su granito de arena a la hora de ayudar al país a nivel social (educación, medicina, etc.). Por eso el dinero debe ser administrado con ecuanimidad y de una forma clara y limpia. Lo que pone de manifiesto que los partidos políticos y los llamados agentes sociales deberían clarificar al ciudadano en que se emplea ese dinero, cuándo y por qué. Para nada es necesario una Ley de transparencia. En Democracia no hay mayor ley ni regulación que la que marca el código penal y la constitución. Es necesario que parta de los diferentes partidos el que de una vez por toda se democraticen no sólo en su funcionamiento (que esta por ver), sino en como manejan sus dineros. Pero claro, tiene que ser su dinero. En esto quiero expresar mi disconformidad, muchas veces expuesta, con que partidos, sindicatos y patronal reciban dinero por parte del Estado porque aún siendo necesarios para la solidez de la Democracia, no dejan de ser empresas privadas, con una gestión concreta y unos Estatutos que regulan sus órganos de poder.

 
El dinero que le dan año tras años los sufridos ciudadanos al Estado mediante los impuestos es de todos. Para ello se construyen hospitales, colegios, autopistas, en definitiva, se hace una labor social importante. Pero el dinero no es de nadie y no puede ir destinado a un grupo concreto del cual no tengo nada que ver. El ciudadano paga para ver crecer el país, no para que determinados partidos con el dinero financien sus propios "chanchullos" y después nunca más se supo. Lo mismo pasa con la Casa Real. Ahora resulta que el Rey puso al Fortuna a Patrimonio Nacional porque decía que gastaba mucho. Y claro para pagarlo yo, que lo paguen todos los españoles (algo que, por otro lado, ya era así teniendo en cuenta que es el Gobierno el que paga al actual Jefe del Estado). No deja de ser muchas de las cosas en las que debe mejorar la Monarquía.
En Democracia hablar de leyes como la de Transparencia o Anticorrupción no deja de ser absurdo puesto que en Democracía la actuación de las personas viene regulada por el Código Penal. Lo único que sirve la tramitación de estas leyes es para darse autobombo y decir que buenos somos.
Pero no se equivoquen. El que los partidos, sindicatos o patronal no cobren del erario público y se vuelvan más pulcros con sus cuentas públicas no acaba con la corrupción. La corrupción es algo inherente al ser humano y siempre habra personas honestas y personas que son autenticas chorizas. Lo importante es que la LEY funcione caiga quien caiga.

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