Hoy en día, a los que somos amantes de fútbol (y del deporte en general), se nos vuelve la cabeza loca con la dualidad Madrid-Barcelona, cuyos representantes los encontramos en Cristiano Ronaldo y Messi. Pero conviene echar la vista atrás y comprobar que, si no fueron casos muy parecidos, fueron muy idénticos, dicha dualidad ya se pudo comprobar con la llegada al fútbol español de dos grandes: Alfredo Di Stéfano y Ladislao Kubala.
Ambos venían de situaciones distintas. Di Stéfano era uno de los delanteros más afamados de Argentina, heredero de la delantera mítica de River Plate (conocida como la máquina: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau), hasta ese momento estaba jugando en Colombia con el Millonarios de Bogota (un equipo conocido como "el ballet azul"). La vida de Kubala había sido muy distinta. El era de origen eslovaco, aunque nació en Hungría. Hay que recordar que todos esos países estaban bajo el yugo del comunismo y la vida de "Laszy" no fue nada fácil. Tras jugar en equipos como el Ferencváros o el Vasas, recaló en el Barcelona, tras una gira que hizo su equipo de entonces, el Hungaría, por España.
Adversarios en el campo, Di Stéfano y Kubala, representaron la competitividad al máximo nivel, pero siempre dentro de la deportividad y fueron grandes amigos tanto fuera como dentro del terreno del juego puesto que se profesaban una admiración mutua.
Kubala fue todo un símbolo para el Barcelona, formo parte del equipo que ganó cinco Copas de España en los años 50 con una delantera mítica (Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón) e, incluso, debido a él se construyó un nuevo campo debido a que Les Corts se había quedado pequeña.
No fue menos Di Stéfano para el Real Madrid. Con su llegada, el equipo blanco se puso fin a dos décadas sin ganar la liga, aparte de ser el líder que llevó al conjunto merengue a ganar las cinco primeras Copas de Europa de forma consecutiva. Junto a él se formó un equipo formidable. Para la memoria quedan jugadores de la talla de Rial, Puskas, Gento, Santamaría y un largo etcétera.
Para finalizar destacar que ambos, tras nacionalizarse, jugaron en la Selección Nacional, aunque no pudieron disputar ningún Mundial. Uno de los pocos premios que se les resistió.
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