Resulta curiosa la falta de respeto que se tiene hacía los viejos. Entiendanme; viejo no me parece una palabra insultante, salvo que se utilice de mala forma para despreciar las ideas de otro por considerar que éste estorban o esta pasado de moda por el simple hecho de tener determinada edad. Viejo es una palabra noble porque denonta la sabiduria que da la experiencia. Sí hiciéramos más casos a los viejos, otro gallo le cantaria a una sociedad en la que vemos normal que en un país como España se llame "dinosaurios que deben extinguirse" a personas con las que ideologicamente no coincidiria, pero con las que me une una sola palabra: España.
Me estoy refiriendo a los Corcuera, Leguina, González, Guerra y toda esa gente que ha pasado de ser insultada por la derecha a ser insultada y menospreciada por la izquierda antiguamente moderada (ahora radicalizada) y la extrema izquierda al clásico grito de fascista. Esos antiguos dirigentes del PSOE (que en su momento hiceron cosas mal, claro esta) se han opuesto de forma energica a un pacto con el tipo de la coleta (si, el mismo que exige sillones ministeriales y vicepresidencias ¡Tan democráta él!) no sólo por que es el portavoz máximo del nacionalismo (siempre despreciable venga de donce venga), sino por ser un personaje de tintes totalitarios, demostrados con sus colaboraciones peligrosas en determinados países. Esos señores son insultados y menospreciados e, incluso, el propio Corcuera ha tenido que oir y leer como la antigua izquierda moderada y la extrema izquierda le echan en cara su famosa ley del "patadon en la puerta". Si; los mismos que la aplaudían y criticaban a la derecha por oponerse a ella.
No se puede vivir eternamente pensando en el pasado, pero tampoco debemos menospreciar a los viejos, cuya experiencia es un grado, por el simple hecho de serlo. Hay tanta gente del PP a favor de esos señores como los hay del PSOE porque saben que pactar con determinados personajes (los cuales se han aprovechado de la situación desesperada de muchos para conseguir votos) es pactar con un totalitarismo como el comunismo, el cual si que es una ideología que debe extinguirse.
El reconocido escritor André Gide era un ferviente comunista hasta que en los años 20 realizó un viaje a la URSS donde quedó tan desilusionado que no sólo aborreció tal ideología, sino que la criticó tan fervientemente que fue duramente criticado por una parte de la izquierda y toda la extrema izquierda. A los antiguos dirigentes del PSOE les pasa algo parecido: son indudablemente de izquierdas, pero son criticados por una parte de ésta y toda la extrema izquierda porque estan contando verdades como puños; una verdad incomoda que algunos quieren acallar con burlas e insultos.
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