Imagínense que un equipo tenga literalmente que dejarse perder para que todos sus miembros no sean ejecutados. Esta historia es tan real como terrible, teniendo la misma lugar en la Ucrania ocupada por los nazis en plena Guerra Mundial.
Concretamente era en la panadería estatal número 3 de la ciudad de Kiev, donde comienza nuestra historia. Allí se reunían ex-jugadores de fútbol de la zona, buscando trabajo. Mykola Trusevych, portero del Dinamo de Kiev, volvió a la ciudad y Iosif Kordik, un aficionado del propio Dinamo, le dio trabajo como barrendero en dicha panadería. El mencionado Kordik había tenido "suerte", ya que era de origen alemán y había podido mantenerse omo administrador de la panadería.
Sería al propio Kordik a quien se le ocurrió la idea de formar un equipo de fútbol de la panadería, y en la primavera de 1942, el propio Trusevych comenzó a buscar en Kiev a su antiguos compañeros del Dinamo. Así consiguió juntar un buen equipo, integrado por 8 del Dinamo y 3 del Lokomotiv de Kiev.
El FC Star (así lo llamaron) jugó varios partidos contra varias guarniciones, entre las que se encontraba alguna alemana, ganándoles en algunos casos con una superioridad insultante.
Esto fue visto con recelo por la administración alemana, ya que las victorias del FC Start podría inspirar a los ucranianos, disminuyendo por otra parte la moral de las tropas del Eje.
Cartel del partido contra el Flakelf |
El equipo Flakelf de la Luftwaffe pidió la revancha, fijándose el encuentro para el 9 de Agosto, en el estadio del Zenit. Los futbolistas del FC Start eran conscientes de que el arbitraje estaba parcializado en contra de ellos (el árbitro era de la SS) y muchas fuentes anónimas les advirtieron de un posible castigo si no se perdían contra los alemanes. Sin embargo, no se amedrentaron. De primeras se negaron a dar el saludo nazi a sus oponentes y después jugaron como siempre para ganar... como siempre.
A pesar de la brutalidad alemana con zancadillas, patadas y empujones ignoradas por el árbitro, el FC Star ganaba 3-1 al descanso. Después del descanso, la cosa empezó a relajarse y la victoria fue para los ucranianos por 5-3. Las anécdotas quedaron para el final: un defensor del Fc Star tomó la pelota, pasó la defensa del equipo alemán con una facilidad pasmosa, sorteó al portero alemán y en lugar de anotar un gol cantado, se dio la vuelta y la lanzó al público. El árbitro hizo sonar el silbato de final antes de cumplirse los noventa minutos de juego. Tras este partido jugarían otro más, que ganarían 8-0.
La victoria sobre los alemanes trajo consecuencias que llevaron a sus miembros a ser recluidos en campos de concentración, acusados oficialmente de espionaje o lo que se les ocurriera (a nadie se le escapaba que había sido por el partido), torturados y en algunos casos asesinados, ya que hubo supervivientes.
Lo cierto es que esta historia alcanzó gran popularidad en la Unión Soviética como propaganda con películas y monumentos dedicados a esos 11 valientes. La notoriedad la alcanzaría en occidente cuando John Huston conoció la historia, basándose posteriormente en tal relato para dirigir "Evasión o Victoria", contando con actores como Sylvester Stallone, Michael Caine o Max von Sydow o grandes del fútbol como Bobby Moore, Osvaldo Ardiles o el mismísimo "Pelé".
Lo cierto es que esta historia alcanzó gran popularidad en la Unión Soviética como propaganda con películas y monumentos dedicados a esos 11 valientes. La notoriedad la alcanzaría en occidente cuando John Huston conoció la historia, basándose posteriormente en tal relato para dirigir "Evasión o Victoria", contando con actores como Sylvester Stallone, Michael Caine o Max von Sydow o grandes del fútbol como Bobby Moore, Osvaldo Ardiles o el mismísimo "Pelé".
La historia real de estos hombres que prefirieron ganar por encima de su propia vida nos demuestra que la dignidad esta por encima de todo. La victoria les hizo eternos.
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