sábado, 20 de diciembre de 2014

La tradición del Belén

Es muy común en las casas, la tradición del Belén. Ya saben poner figurillas relacionadas con el nacimiento de Jesús (el niño, la virgen, San José, etc.), pero ésto no siempre fue así y es que las tradiciones tienen su principio. 


En este caso el primer Belén datado como tal es de la Nochebuena de 1223 en una cueva próxima a la ermita de Greccio, Italia, y su autor San Francisco de Asís, que hizo una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) con el buey y la mula, basándose en la tradición cristiana y los Evangelios apócrifos, así como en la lectura de Isaías 1,3: "Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne".
Antes de este acontecimiento, ya existían representaciones pictóricas del nacimiento de Cristo, que aparece junto al buey y al asno, sin embargo San Francisco y la Orden de los Franciscanos llevarían esta tradición a todos los lugares posibles con el simple objeto de evangelizar. En aquella época, gran parte de la población era analfabeta y necesitaba de figuras representativas para entender las Sagradas Escritura. Y eso por no hablar de aquellos pueblos donde no se había oído hablar de Dios.


La tradición de los belenes vivientes fue muy común durante la edad media y era natural que se representara el nacimiento de Jesús por las calles. Posteriormente, con el Renacimiento renacería la costumbre de las figuras clásicas que conocemos y a las que llamativamente se añadieron temas anacrónicos o representaciones que nos mostraban costumbres propias de la zona. 
Los países belenistas son en Europa: España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Austria, Hungría, Chequia, Eslovaquia y Polonia; así como toda Latinoamérica y parte de los Estados Unidos. La tradición belenista es más propia del catolicismo que del protestantismo. 


Por otro lado, hay que destacar que podemos encontrar representaciones curiosas como las que nos muestran todos los pasos desde la Anunciación hasta la huida de Egipto. Sin embargo, independientemente de sí es más grande o más chico o más acorde o no a las escrituras, los belenes son dignos de ver en tanto en cuanto estamos viendo obras de arte, que ha llevado a personas a dedicarse al diseño de nacimientos en todo el mundo.

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