lunes, 14 de octubre de 2013

Clásicos Inmortales: La Quimera del Oro

Una de las películas más recordadas de Chaplin en la que nos vuelve a presentar al vagabundo Charlot, en este caso en un viaje en busca del preciado metal en medio de la nieve, aunque encontrara algo mucho más valioso: el amor.


En el inicio podemos al vagabundo (Charlie Chaplin), que se encuentra en Klondike, atraído por la fiebre del oro. Una tormenta tiene lugar, viéndose obligado a buscar refugio. El vagabundo encuentra una casa aislada en las montañas, habitada por un asesino en fuga, Black Larsen (Tom Murray). 


Larsen intenta más de una vez echar al vagabundo, pero el huracán impide esa tarea, trayendo además a otro huésped, el gigante McKay (Mack Swain). Finalmente, tras inutilizar el rifle del fugitivo, los dos huéspedes logran quedarse.

Los dos huespedes y el asesino fugado

Pero muy pronto les afecta el hambre y deciden que uno salga a buscar comida. Lo echan a suertes y Larsen es el elegido para la tarea. Pero es encontrado por unos policías. Larsen los mata y roba su trineo, abandonando a McKay y al vagabundo a su suerte. Los dos abandonados tienen que hacer frente a un hambre atroz. Pero finalmente será un oso, cazado por fortuna al entrar en la cabaña, quien les salve la vida.
Al finalizar la tormenta cada uno sigue su camino. McKay va hacía una mina de oro que encontró, pero se encuentra que Larsen ya había encontrado su concesión y por tal motivo éste lo golpea haciendo que pierda la memoria. Mientras Larsen sigue su camino, un gran trozo de hielo sobre el que el estaba caminando se rompe, haciendo que caiga al vacío y muera. 
Por otro lado, el vagabundo va al pueblo y, atraído por las luces, entra en el cabaret, donde conoce a la hermosa Georgia, de la cual se enamora. Georgia (Georgia Hale) decide bailar con el buen vagabundo para darle celos a Jack Cameron (Malcom Waite), un conquistador al que ella rechaza una y otra vez. Una pelea entre los dos hombres se produce, en el que el vagabundo gana por casualidad tras caerse un reloj a la cabeza de su rival. 

El vagabundo se queda enamorado de Georgia

Para poder sobrevivir, se hace el muerte y el ingeniero Hank (Henry Bergman) lo revive y le da de comer, encargándole el cuidado de la casa mientras él va en busca de oro. Mientras, Georgia y sus amigas juegan en la nieve, resultando el propio vagabundo víctima de las bolas de nieve por accidente. Entran en la casa y para divertirse con él le prometen ir a cenar con él para Año Nuevo.
Con mucho esmero, prepara la cena el vagabundo, pero Georgia no acude a la cita. divirtiéndose en el cabaret. Espera en vano y cae rendido ante el sueño. Entonces sueña que está junto a Georgia. Tras despertar, el vagabundo se dirige al cabaret a ver a Georgia, que acaba de recordar su cita. Va a su cabaña, encontrándola vacia y se siente triste por el vagabundo.


Georgia muestra su interés por el vagabundo y éste esta alegre por ello, pero McKay, quien lo busca para recordar la ubicación de su mina, se lo lleva arrastrando. Logran encontrar la cabaña, pero en la noche el viento la lleva hasta un acantilado, donde la casa apenas mantiene en equilibrio. Por suerte logran salir vivos y descubren que en ese preciso se encuentra la ansiada mina de oro.


El vagabundo regresa a su país en un barco, tras obtener miles de riquezas. Lo tiene todo... menos a Georgia. Los periodistas piden retratarlo con su traje de buscador de oro. Se cae dentro de un rollo de cuerda y lo confunden con un polizón Lo quieren expulsar del barco, pero Georgia, que por casualidad regresa a su país en el mismo barco, lo impide, pagándole el pasaje. Los demás pasajeros arreglan la situación, mientras el vagabundo y Georgia se dan cuenta que se aman, el fotógrafo insiste en tomarles una foto pero es arruinada por el beso que se dan los enamorados, algo que al vagabundo parece no interesarle en absoluto.

Un final feliz

Esta película tiene escenas que han pasado a la historia del cine en general y de Chaplin en particular como cuando se come literalmente una bota, utilizando los clavos como si fueran costillas o el momento en el que, en el sueño, realiza las escena del baile de los panecillos ante Georgia y sus amigos. Una película donde podemos ver como Chaplin era un artista a la hora de combinar tanto comedia como drama.

Ficha

Dirección
Charles Chaplin
Producción
Charles Chaplin
Guión
Charles Chaplin
Música
Charles Chaplin
Fotografía
Roland Totheroh
Montaje
Jack Wilson
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1925
Género
Comedia, Drama
Duración
95’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Charles Chaplin
Vagabundo
Mack Swain
Jim McKay
Tom Murray
Black Larsen
Henry Bergman
Hank Curtis
Malcon Waite
Jack Cameron
Georgia Hale
Georgia

Danza de los panecillos

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