Mucho se habla en el debate político sobre sí se deben llevar imputados en las listas electorales. Los partidos políticos se tiran literalmente a la cara los imputados, haciendo viva la frase de Jesucristo: "ves la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio".
Yo no llevaría imputados en las listas porque, sea finalmente culpable o inocente, se cuestiona la honorabilidad de una persona que puede regir los destinos de un pueblo y, con ello, administrar el dinero público.
Sin embargo, lo lamentable de todo esto es que haya electores que voten a imputados, algo que harían mil veces sí hiciera falta ¿Por qué? Por afinidad ideológica y porque muchos votantes sacan el político que llevan dentro y prefieren a un imputado de su cuerda. Y aún peor es cuando se da el caso de que algunos son capaces de votar a unos señores porque forman parte de su administración paralela y son contratados supuestamente temporales(Algunos llevan tanto tiempo que creen tener el mismo estatus que un funcionario).
Votar es algo muy serio y la responsabilidad no sólo radica en partidos políticos, sino en todo el pueblo. Un imputado siempre es malo para la Democracia.
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