Esta expresión es uno de los más reconocidas por todo el mundo y que como casi todos tiene su origen en Castilla, aunque todos los hispanohablantes la conocemos muy bien. Dicha expresión la solemos utilizar cuando algo o alguien que era muy esperado se produce o se presenta cuando ya no sirve para nada. Pero ¿Cuál es el origen de la misma?
Parece ser que todo viene de la Santa Hermandad. Para quienes no sepan quienes eran, hay que decir que la Santa Hermandad era un grupo de gente armada, pagada por los concejos, para perseguir y encarcelar a los críminales. La Santa Hermandad fue instituida por Isabel la Católica en las Cortes de Madrigal de 1476, unificando las distintas Hermandades que habían existido desde el siglo XI en los reinos cristianos. Muchos afirman que fue el primer cuerpo policial realmente organizado de Europa. Las referencias más conocidas de la Santa Hermandad las encontramos en el Quijote, donde vemos como cada vez que había un problema en torno a un posible crimen, se la llamaba a voz en grito y todo el mundo temblaba ante las advertencias al aire de sus miembros ("Tenganse a la Santa Hermandad").
Isabel la Católica |
Lo malo es que, según cuentan, la Santa Hermandad tenía por "costumbre" el llegar muy tarde al lugar del crimen, por lo que los malhechores tenían tiempo de darse a la fuga. Así, cuando llegaban, les decían aquello de ¡A buenas horas, mangas verdes! en referencia a que sus mangas eran de dicho color.
La Santa Hermandad fue disuelta por completo en el año 1834 y, sin embargo, de ella se nos quedó esta expresión que forma parte de un momento muy concreto de la historia de España.
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