Me resulta llamativo que desde algunos sectores sociales y políticos se hable no sólo bien del aborto, sino que desprecian a los que nos oponemos a él, tachándonos de anticuados y de queremos retrotraernos años atrás, mentando épocas como cuando la mujer vivía sometida frente a la autoridad masculina (¿?).
En primer lugar, algun@s tendrían que repasar la historia para darse cuenta de que ellos son los que se retrotraen años atrás cuando hablan como hablan en un tema tan fundamental. Hace años, la vida de la gran mayoría de la población no valía nada, en especial la de los recién nacidos, que muchas veces fallecían en el parto por falta de atención o por utilizar técnicas inadecuadas por parte de los galenos de turno.
En España, hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Al grito de ¡Viva la muerte! aparecía la legión comandada por su fundador. La idea era que el legionario no temía a la muerte y, de hecho, su himno oficioso es el Novio de la Muerte. Precisamente ese grito de ¡Viva la muerte! era gritado por los contrarios a Juan Domingo Perón y Eva Duarte cuando ésta falleció de cáncer.
Muchos ejemplos se han dado de culto a la muerte. Un punto en el que las sociedades avanzadas no sólo han superado, sino que han fomentado su contrario: el culto a la vida. Todos aquell@s que defienden el aborto tienen que darse cuenta de lo que están alabando. Y no es un retroceso el negarse al aborto. Es precisamente lo contrario. Si hay algo tan evolucionado y hace que las sociedades mejores moral y economicamente es decir aquello de ¡Viva la vida! Una vida que, con sus alegrias y disgustos, merece vivirse y que unos cuantos pretenden anular fomentando el culto macabro de la muerte, argumentando falazmente que el aborto es un derecho (¿?). Y mientras miles de parejas que quieren tener un hijo y no pueden porque la naturaleza no quiere, ven como hay personas que se manifiestan diciendo que el aborto es un derecho ¡Hay que fastidiarse!
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