Muchas han sido las actrices que a lo largo de la historia nos han cautivado por su belleza física y a la hora de actuar. Son actrices que cimentaron una época. Una de esas actrices fue una de las más grandes. Dentro del pináculo hollywoodiense esta Elizabeth Taylor. Una actriz para la eternidad.
Liz, aunque pocos lo recuerdan, fue una de esas niña prodigio del cine, llegando a formar parte de una de las películas sobre la conocida mascota del cine Lassie. El reconocimiento le llegaría a principios de los cincuenta con "Un Lugar en el Sol" o "La Última Vez que vi París", pero sería con "Gigante" en compañía de Rock Hudson y James Dean, con la que se llevaría todos los elogios. En Liz se juntaban todos los valores que primaban en el cine de aquellos tiempos: una buena interprete dramática, que hacía sentir el motivo de su tristeza al espectador. Uno de los ejemplos fue "La Gata sobre el Tejado de Zinc Caliente" junto a otro grande del cine, Paul Newman. Esta película iba a ser en blanco y negro, pero serían los ojos azules de Newman y los violeta de Liz, los que harían que fuera en color.
Aunque hizo otros grandes papeles como "Cleopatra" o "De Repente el Último Verano", probablemente su mejor papel sea el de aquella gata a la que un Newman abatido, le decía que saltara. Sólo consiguió dos Premios Oscar, muy poco para una actriz de su calibre, reconocida en todo el mundo.
Pero si lo tenía todo en su vida actoral, no así en lo personal. Puede que en cierta forma, viviera su particular drama en su propia vida sentimental. Hasta ocho matrimonios, de los cuales tres las marcarían en su vida. El de productor Mike Todd, según ella misma el Amor de su vida, que murió en un accidente de avión. Apenas pudo llorar a su difunto marido, puesto que tuvo que incorporarse al rodaje de "La Gata Sobre el Tejado de Zinc".
Richard Burton y Elizabeth Taylor |
El otro fue con el cantante Bobby Fisher, que en aquel tiempo estaba casada con la amiga de ella, Debbie Reynolds. Desde ese momento se ganó la fama de "robamaridos", que no mejoraría cuando se casó con otro hombre casado Richard Burton, conociéndose cuando rodaban "Cleopatra". Con Burton tuvo una relación bastante tortuosa con dos separaciones y una adicción a la bebida, que la llevaría a un centro de desintoxicación.
A pesar de esos avatares, Taylor es una de aquellas actrices que perdura en la memoria colectiva de generaciones y generaciones. Una interprete excepcional. La de los deslumbrantes ojos violeta.
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