Muchas han sido las muestras de dolor de un país por la muerte del que fue el Presidente del Gobierno Adolfo Suárez. Presidente de un país en unos años dificiles y que en su época de esplendor político, se llevo el desprecio y la humillación por parte de algunas personas que, en cierta medida, vivían en aquello que diría Machado: "Las Dos Españas".
Que Suárez fue el Presidente del consenso nadie lo duda. Lo que si deberíamos mirar es si desde el país se fue justo con un hombre que lo dio todo por España. Un hombre que debería ser ejemplo de cordialidad y de como tratar a personas que no tienen su propia ideología. Un hombre que hizo lo impensable en esos años: unir a una España dividida para alcanzar un bien común.
España necesita una Regeneración Política, ya lo he dicho muchas veces. Pero también necesita auténticos lideres políticos, como Don Adolfo, que hagan ver a la población, que otra forma de hacer política es posible. No importa si son de derechas o izquierdas. Somos ESPAÑOLES. Dejemos atrás lo rencores del pasado y las políticas nefastas que tantas heridas han abierto hasta el punto de sangrar a una sociedad que dividiamos en buenos y malos. El Espíritu de la Transición no debe ser una entelequia de la que se habla como diciendo que "cualquier tiempo pasado fue mejor". La Transición es una lección para el mundo y los españoles de como se deben hacer las cosas. Errores se cometerán, es cierto, pero desde la honradez y el compromiso con el ciudadano podemos hacer grandes cosas. Ya lo dijo el Rey en su proclamación: "Si todos permanecemos unidos habremos ganado el futuro". Adolfo Suárez lo sabía y de ahí que pasáramos de la España dividida entre buenos y malos a una España diversa, pero unida.
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