En una época en la que el mundo vivía sumido en la Segunda Guerra Mundial, desde Argentina sobresalió un equipo de fútbol fantástico, que tiene el honor, para los especializados en la materia, de ser uno de los más grandes equipos de la historia.
Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau |
Ese equipo era conocido como La Máquina. Y su nombre lo decía todo porque era un conjunto bien engrasado de jugadores que hacían fácil lo difícil. Ese conjunto era el River Plate, que en aquellos primeros años cuarenta enlazó una etapa maravillosa dentro del balompié argentino.
Pero si por algo destacaba esa maravillosa escuadra era por una delantera mágica. Ésta la formaban Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau. Un quinteto mágico que llevaba la angustia a sus rivales por sus bicicletas, filigranas y muchos goles. De hecho eran conocidos como "Los Caballeros de la Angustia" porque no definían los partidos hasta el final. Se cuenta una leyenda que eran capaz de dar toques hasta la misma linea de fondo y muchas veces no definían, sino que simplemente se dedicaban a tocar sin que el rival pudiera hacer nada para detenerlos. Leyendas aparte, en lo que destacaban es por jugar de memoria, intercambiándose las posiciones.
Ese equipo ganó diferentes títulos entre los que encontramos dos de la Primera División Argentina. Ya en 1947, muchos integrantes de ese poderoso equipo se retiraron o se fueron a otros clubes. Sin embargo, a pesar del tiempo, ese equipo perduro en la historia, influyendo en el juego en Combinados Nacionales como la Holanda, a la que "casualmente" se llamó "La Naranja Mecánica".
Di Stéfano con la camiseta de River Plate |
A tanto llegó su influencia que muchos jugadores y entrenadores son herederos directos de ese fantástico equipo, encontrándonos entre sus sucesores a un maravilloso delantero, que llegaría a jugar con algunos de ellos en River, y que ha pasado a ser uno de los más grandes de la historia del balompié: Alfredo Di Stéfano.
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