miércoles, 3 de julio de 2013

Educar en la libertad

No les resulta llamativo que en los países donde se han dado "manifestaciones" (por llamarlas de algún modo) violentas, son donde hasta no hace mucho se ha carecido de una verdadera actitud democrática. Uno de ellos es España donde determinados grupos de extrema izquierda se concentraron en la Plaza del Sol contándonos milongas sobre la libertad (en la que no creen) y en los días previos a las elecciones autonómicas y municipales (el señor Rubalcaba podría hablarnos de las concentraciones en la sede de determinado político en la jornada de reflexión). En Egipto, la oposición esta en contra de un señor al que ellos han elegido por lo que no pueden decir que es un tirano, ni un dictador porque se supone que, mediante unas elecciones libres lo han elegido. En Turquía y en Brasil, surgieron protestas de acontecimientos mínimos. Hablamos de una Turquía que, no nos engañemos, es un país musulmán al que algunos desde Europa han intentado disfrazar de Democracia. Y Brasil no es que haya habido Gobiernos muy democráticos (hasta tres dictaduras militares) y los que han elegido han destacado por su mucho corrupción, al igual que otros países de América latina.

 
Eso demuestra tantos los políticos de esos países (al igual que otros) como sus ciudadanos carecen de verdadera educación democrática. En todos los casos debido a que han sido educados en el odio al que piensa diferente y por lo tanto es legítimo coartar la libertad del prójimo utilizando como excusa la religión, la raza y otros múltiples factores que hacen que salga a la luz las miserias del ser humano.
Los ciudadanos tienen que ser educados en valores que respeten la libertad del ser humano, pero dentro de un orden y de un respeto a las leyes establecidas. Y si el país es democrático o pretende serlo, hay causes legales no violentos para que dichas leyes puedan ser cambiadas.
Aunque parezca repetitivo la violencia genera más violencia y cuando la vida de un país, la violencia (que no son necesariamente las armas, sino las actitudes como el insulto o el desprecio) se convierte en algo habitual, dicho país esta abocado al fracaso. Lo hemos visto en nuestra historia, la de España, con nuestra desgraciada guerra civil. Lo importante es no cometer los mismos errores. Ese sera el éxito de las sociedad. El día en que los países puedan vivir en paz y en la que sus ciudadanos puedan alcanzar un entendimiento o no, pero donde todas las opiniones sean respetadas.

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