Este fin de semana se ha muerto en cierta medida parte de la memoria del fútbol español. Un fútbol que en aquellos años no ganaba Europeos o Mundiales, pero que destacaba por su pureza y su búsqueda de la victoria. Ha muerto Luis Aragonés.
Todo el mundo entre ellos los de mi generación, lo recuerda como lo que fue: siempre entrenado. Pero antes de cocinero fue fraile y Luis fue un grandisimo jugador. Inicio su etapa deportiva como jugador en el Getafe y, aunque parezca mentira dada su carrera, en los filiales del Real Madrid. Allí sonaría con emular a los grandes de aquellos años como Di Stéfano o Gento. Pero su vida cambiara con su llegada al Real Betis y su posterior fichaje por el eterno enemigo del equipo blanco: el Club Atlético de Madrid.
Allí haría una carrera grandiosa y a pesar de ser centrocampista marcando muchos goles. Su gran finura a la hora de tirar libres directos, lo convirtió en el mejor lanzador del faltas de su época. En unos años en los que los centrocampistas no eran especialmente goleadores, llego a ser máximo goleador del campeonato nacional de Liga empatado con dos genios del fútbol como lo fueron Amancio y su compañero de equipo Gárate con 16 goles.
Pero en Luis siempre primo el colectivo que lo individual. En unos años en el que el dominador era el Real Madrid, su club consiguió tres Campeonatos de Liga y dos Copas de España. Pero a pesar de los exitos, la espinita llegaría en aquella final de Copa de Europa en Bruselas contra el Bayern de Munich. El Atlético de Madrid comenzó ganando gracias a un gol suyo de falta directa. Fue un gol tan exquisito que el propio Luis lo festejo por todo el campo. Pero la desgracia llegaría cuando en el último minuto, un tiro desde fuera del area de Schwarzenbeck con cantada de Reina incluida, hizo que fueran a un desempate que perdieron por 4 a 0.
Al año siguiente se daría el caso de que Luis comenzó como jugador y acabaría como entrenador y es que el equipo rojiblanco no estaba haciendo un buen año. Ya como entrenador ganaría la Copa Intercontinental, que se negó a jugar el Bayern, iniciando una grandisima etapa como entrenador dirigiendo, además de al equipo atlético, a escuadras como el Betis, Oviedo, Barcelona y Mallorca entre otras consiguiendo un Campeonato de Liga, cuatro Copas de España, una Supercopa de España y la Copa Intercontinental ya mencionada.
La oportunidad de su vida le llegaría con su llegada a la Selección Nacional que, a pesar del éxito final del Europeo de 2008, tuvo bastantes altibajos. Uno de sus momentos más malos resultaría ser cuando Francia ("donde sólo había viejos" según Luis) eliminaría a España en Octavos de Final.
Nadie dice que fuera un santo. Luis destacaba por tener bastante mal genio y alguna bronca tuvo con algún jugador y varios periodistas. Pero independientemente de eso, si algo destaca en Luis es por formar parte de la evolución e historia del fútbol español. Una historia que a perdido a uno de sus más grandes hacedores.
Dos goles de Luis
Su vida
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