En una época en la que los equipos jugaban con delanteras de cinco, un trío defensivo sobresalio por encima del resto. Una defensa para la historia es la que formaron el divino portero Ricardo Zamora y los defensas Jacinto Quincoces y Ciriaco Errasti.
A principios de los 30, el Real Madrid sin el título de Real, ya que unos meses antes se había proclamado la Segunda República, ficho por 100.000 pesetas (una barbaridad para esos años) al gran guardameta Ricardo Zamora y a dos grandes defensas vascos que habían llevado al Deportivo Alaves a ser el primer equipo en ascender a la Primera Divisón: Quincoces y Ciriaco.
Con ese trio defensivo, el equipo blanco consiguió sus dos primeras ligas, recibiendo tan sólo quince y diecisiete goles respectivamente. Y es que Zamora con su colocación y Quincoces, con su característico pañuelo en la cabeza, y Ciriaco con su anticipación eran la pesadilla para cualquier delantero.
Zamora atrapa el balón, escoltado por Quincoces y Ciriaco |
También, los tres llegaron a jugar juntos en la Selección Nacional cuajando grandes partidos, destacando por por el histórico quinto puesto conseguido en el Mundial donde definitivamente se confirmo a Zamora como el mejor portero del mundo y a Quincoces como uno de los más grandes defensas del momento. La tragedia de aquel Campeonato fue cuando los árbitros permitieron todo tipo de trampas y juego duro por parte de los anfitriones italianos hasta el punto de que Zamora no pudo jugar el partido de desempate por tener varias costillas rotas. Finalmente, tras anularse dos goles a los hispanos, Italia marcaría el único gol del partido, tras una falta Nogués, suplente habitual de Zamora.
Quincoces remata de cabeza |
El Real Madrid con ese maravilloso trio defensivo ganaría los dos Campeonatos de Liga ya mencionados, 2 Copas de España y cinco Campeonatos Mancomunados. Sería precisamente una maravillosa parada de Zamora, la que certificaría para el equipo blanco la final de Copa Española de 1936 ante el Barcelona. La última antes de la fracticida guerra civil, que desangraría al país.
Posteriormente, Zamora y Quincoces acabarían entrenado, mientras Ciriaco se retiro definitivamente del fútbol. Han pasado los años. Las tácticas han cambiado. Pero hoy en día, podemos seguir afirmando que el trio defensivo de Zamora, Ciriaco y Quincoces forma parte de la historia más grande del fútbol español.
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