miércoles, 12 de febrero de 2014

Shirley Temple, la niña de oro

El termino niño/a prodigio es tremendamente antiguo. Muchos son los infantes que se han puesto delante de las cámaras o han iniciado una carrera musical. Algunos triunfaron; otros no. Pero si hay alguien que llevo dicho termino a unas cotas inimaginables fue Shirley Temple.


Lo de Temple fue algo increíble. Luciendo sus cualidades tanto para la canción como para la interpretación, su popularidad dentro del cine de todas las edades la llevo a ser una de las estrellas más queridas de los años 30 y 40. 
Pero Shirley no sólo se dedico al cine o al baile, su gran pasión. Muchas marcas promocionales utilizaron esa cara bonita para sacar adelante anuncios de todo tipo. Shirley estaba en las cresta de la ola y no sólo ella, sino los productores supieron sacar provecho de todo ello.


Temple fue la primera que se llevo el Oscar en la categoría de Premio Juvenil de la Academia por su gran contribución a la difusión del cine como entretenimiento. 
Pero aparte de todos esos éxitos la gran oportunidad le llego cuando se pensó en ella para interpretar el papel de Dorothy en "El Mago de Oz". Era el papel soñado para cualquier niña que quisiera destacar dentro del cine. Sin embargo, la falta de acuerdo entre productoras hizo que Judy Garland finalmente se llevara el papel principal de una película que pasa por ser una de la más memorables del séptimo arte en aquellos años.


Temple tuvo también papeles como adulta (con especial atención a su papel en "Fort Apache" donde hacía de hija de otro grande del cine: Henry Fonda), pero ya nada fue lo mismo y salvo alguna pequeña interpretación, Shirley no volvió a destacar como en aquellos años dorados de Hollywood.


Ayer moría con 85 años. En cierta medida, se iba parte de la memoria de un cine que, aunque a veces nos olvidamos con los argumentos tan complicados de la actualidad, su única función era entretener. Un entretenimiento que corría a cargo de la más jóvenes de su figuras. Hasta siempre, Shirley.

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