Mucho ha coleado la que podríamos denominar noticia del día. Me estoy refiriendo al falso documental realizado por Jordi Evole en la Sexta en la que se nos decía que el 23-F era un engaño por parte de todos para enaltecer a la Monarquía.
En este asunto caben dos historias bien diferenciadas. Una es como Evole utilizando a personas conocidas es capaz de generar con una noticia falsa las más variadas opiniones a favor y en contra hasta el punto de que, tras decirnos al final que era un engaño, muchos tweets fueron borrados. Esa técnica de falsos documentales ya ha sido probada con los mismos resultados, lo que nos lleva a pensar que no todo lo que se cuenta es verdad y que un medio de comunicación con un reportaje falso puede subvertir la realidad de tal modo que es capaz de acabar con la vida pública de una persona.
Por otro lado, no cabe más que el rechazo mas absoluto a la idea de la sexta. El 23-F es un acontecimiento tan trascendental en la historia de España que no tienen que hacerse bromas porque hay algo que estuvo en juego esas horas: la Democracia. Dentro de mis criticas esta el rechazo frontal, por no decir una palabra más fuerte, a los que se prestaron a tal paripé, encontrando gente que en su momento fue algo dentro del periodismo o la política, pero que a a día de hoy son gente desprestigiada y que no merece ser tenida en cuenta como Iñaki Gabilondo, Fernando Onega (vergüenza le debería dar, ya que fue Jefe de Prensa de Adolfo Suárez), Luis María Ansón, Jorge Vestrynge (el nazi que ahora es rojo) o Iñaki Anasagasti.
Con cosas tan sensibles como un intento de golpe de Estado y tanques a la calle no se juega. A mi no me vale que Evole se excuse en experimentos sociales, pidiendo perdón a la vez. La historia de España ya ha sido bastante negra como para que encima le echemos más basura.
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