Sólo han pasado dos días y ya estoy tremendamente cansado de que en todos y cada uno de los medios de comunicación, entre ellos la prensa amarilla rosa, estén hablando continuamente de la declaración de la Infanta.
Ésto y otras cosas favorecen que desde el exterior se tenga la visión de que España es un país de pandereta donde crucificamos o alabamos a la gente en función de nuestros intereses y olvidamos de que todo ciudadano, se llame Cristina de Borbón o Pepito Pérez tiene unos derechos. Así lo hemos visto cuando se grabo a la Infanta en pleno vuelo hacía Mallorca o se saco una foto del momento de la declaración. Eso por no hablar de cuando ocurren las famosas filtraciones de las que creo que Garzón era el mejor de todos dándole secretos de sumario a determinados medios.
Algunos españoles sólo viven de la carnaza. Que si la Infanta alego que confiaba en su marido o no se acordaba. Es que yo como cualquiera, si estoy imputado puedo no decir la verdad. Es más si hubiera ido como testigo, hubiera tenido la obligación de decir la verdad. Sólo pido que dejen actuar a la Justicia y que no salgan determinados sujetos cuyas opiniones van más orientadas por el odio hacía la Monarquía que a buscar la verdad. Yo no soy Monárquico, pero eso no implica que este de acuerdo en que todo ciudadano, el que sea, se le trate con los mismos derechos tantos informativos como legales, ni más; ni menos. Y esto va tanto para los medios que odian como alaban a la Monarquía.
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