Estos días ha salido la noticia de que la FP ha aumentado su número de alumnos, superando a los matriculados en Bachillerato. Algo que sería un éxito, resulta un fracaso absoluto porque no es que vaya más gente a los ciclos por la fomentación que se hace de los mismos y la buenas políticas educativas, sino porque muchos vienen de la Universidad, abandonándola al no poder hacer frente a las Matriculas (les recuerdo antes de la crisis ya eran caras) y llegan muchos desempleados, que ven en los ciclos un recurso para hacer algo.
Y ese es el problema de la FP en este país. Que se ha visto como un recurso porque desde algunos sectores sociales y políticos se ha fomentado de manera exacerbada la Universidad, despreciando continuamente a los ciclos considerándolos de baja categoría. Para colmo, el aumento de alumnos lo presentaran como un logro esos políticos despreciables que se han cargado la educación pública, haciendo de los alumnos sus conejillos de indias ideológicos, ya que les importan un bledo los demás porque los hijos de los que hacen política estudian en un colegio privado.
Porque desde algunos sectores se decía en educación lo de siempre: hay que tener una carrera. Y así tenemos a muchos abogados, médicos y demás profesionales, todos respetables, pero olvidándose de lo importante, que es la buena formación.
Así vemos como alumnos pasan con cuatro asignaturas, como la FP directamente se la han cargado y la Universidad se ha politizado hasta tal punto, que en la Complutense de Madrid son capaces de organizar mítines de determinados sectores radicales.
La FP. al igual que la Universidad, debe tratarse por educadores y desde los educadores. Los políticos que haga política y los maestros que enseñen. La FP es una opción tan valida como otra. Por eso no debe ser el último recurso, sino un grano de esperanza para la formación y el empleo de calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario