El hombre de la mascara de hierro

Imaginense la escena: Un oscuro hombre es conducido en calidad de reo a la terrible prisión de la bastilla. Allí pasara el resto de sus días relacionandose sólo con sus carceleros, sin tener contacto, por lo tanto, con los otros presos. Nada de esto resultaría extraño, si no fuera porque a ese sujeto se le cubrió el rostro con una mascara de hierro. 

Muchos hombres relataron la misteriosa historia del que algunos apodaron como "el hombre de la mascara de hierro", pero el primero en darnos referencias sobre el misterioso personaje sería el filosofo Voltaire, que en su obra "El siglo de Luis XIV" nos relata que estando en la Bastilla en calidad de reo, escucho las historias de presos más antiguos que hablaban de la existencia del misterioso personaje. Otros autores como Alejandro Dumas (padre) añadiría detalles más novelados a la historia. 

Voltaire

No obstante, como historia fidedigna, lo que nos quedaría fue el relato de Voltaire. Cuenta que tal sujeto era un joven alto, obediente y a quien no se le negaba nada de lo que pedía.s. Se le daba la mejor cena y el alguacil se reunía raras veces con él. Entre sus gustos estaban los vestidos finos y los encajes, así como su afición a la guitarra.

El hombre en su celda

Sobre el motivo por el que estaba encerrado se han barajado diferentes teorías, siempre asociadas al misterio de que fuera condenado de por vida a llevar cubierto el rostro: que era un hermano gemelo del Rey Luis XIV que quería disputarle el trono, que era el celebre dramaturgo Molière, que era un hermano mayor extramatrimonial de Luis XIV, que era Nicolás Fouquet, Ministro de finanzas de Luis XIV y un largo etcétera de personajes, aunque no se descartaba que fuera un sujeto anónimo, cuyo crimen fue tan terrible que tenía que ocultar su rostro. 

Sí existió tal personaje (que parece ser que si), lo seguro es que fuera enterrado sin ser expuesto y en el mayor de los anonimatos, quedando su leyenda para la posteridad como uno de los Secretos de Estado más extraños de todos los tiempos.