El 2 de Abril de 1992 fallecía en accidente de coche uno de los jugadores más polémicos no sólo para con los rivales, sino para compañeros y árbitros. Puede que su muerte hiciera que su propia leyenda trascendiera, pero sí Juan Gómez era un martillo para los porteros rivales, era todo un suplicio por sus continuos enfados con las gradas propias y rivales.
Eso no quita que Juanito fuera un gran jugador. Uno de los más carismaticos y ofensivos de su tiempo. Pero, junto al gran jugador que era, estaba su otro yo (el yo malo decía el mismo): desde insultos a arbitros, agresiones a rivales o desprecios a gradas adversarias. Memorable fue aquél dedo hacia abajo cuando era sustituido en el partido clasificatorio del Mundial 78 ante Yugoslavia. Juan se llevó varios puntos de sutura y España la clasificación 12 años después.
Juanito fue uno de los últimos hombres fichados por Bernabéu para su Real Madrid procedente del Burgos. Cuenta la leyenda que el Barcelona quería hacerse con sus servicios, pero el Presidente burgalés era muy del Real Madrid y, ya se sabe, blanco y en botella.
Juanito formo parte de esa época en la que irrumpieron con fuerza una serie de chavales, liderados por un joven menudo y de gran habilidad que correspondia al nombre de Emilio Butragueño.
5 Ligas, 2 Copas, 1 Copa de la Liga, 2 Copas de la UEFA, 1 Trofeo Pichichi con más de 150 goles contemplan la vida profesional de un hombre único, que nos dejaba hace 22 años. Y es durante todos los partidos cuando en el minuto 7 (su dorsal) en el estadio al que tantos dias de gloria dio, la afición canta su grito de guerra: "Illa, Illa, Illa, Juanito Maravilla".
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