Que el racismo es una lacra esta fuera de toda duda. Lo incomprensible es que halla determinados personajes como el propietario de los Clippers, que hable de las personas negras con ese aire despreciativo y miserable. Y eso es precisamente lo que es el tal Donald Sterling, un miserable estúpido, que debería ser desterrado de la vida pública.
Sterling y su novia |
Por lo menos desde los Estados Unidos, país con muchas cosas buenas y malas, se le ha vetado de por vida su entrada a una cancha de baloncesto. Es digno de aplauso que se haya actuado de forma tan contundente y en tan poco tiempo, a diferencia de España en la que se tira un plátano a un jugador o se hace el sonido del mono y, sí hay sentencias, suelen ser flojas para el daño moral hecho a una persona, que te podrá caer mejor o peor, ser de tu equipo o no, pero que merece todo el respeto posible.
Esas actitudes desbordan lo antideportivo para convertirse en toda una miseria propia del ser humano, que consiste en despreciar al diferente hasta el punto de ridiculizarlo. Poco se puede decir con estas conductas despreciables de gente que no merece nuestra atención. Sólo espero que se actue con gran contundencia no ya sólo en un campo de fútbol, sino en cualquier otro sitio, con gran contundencia.
PD: tan miserable como el racismo, son esos gritos tan horrendos dichos por aficionados, deseando la muerte a un jugador. Uno de los últimos en padecerlos fue Illarramendi, jugador del Real Madrid cuando volvía a su "casa" para jugar contra la Real Sociedad. Eso también merece una buena sanción.
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