Pues al final, resulta que la Soberanía Nacional del Pueblo Español esta garantizada. Porque eso es lo que ha votado el Congreso de los Diputados. El órgano máximo de toda Democracia no ha rechazado nada. Lo que ha hecho es garantizar aquello que sostiene esta Democracia: el que todos y cada uno de los ciudadanos que conforman España tienen derecho a decidir lo que somos.
De sobra es sabido que los nacionalistas catalanes no tienen argumentos históricos, jurídico, políticos y sociales para iniciar un proceso de autodeterminación que los llevaría a la nada. Y de sobra es sabido que Arturo Mas (¡no le gusta nada que castellanizen su nombre!) es un muerto político que por extraño que parezca aún se mantiene como Presidente de la Generalidad, haciendo lo que más le gusta hacer a los cobardes, esconderse detrás de una bandera y desde su casa ver un debate que el mismo ha generado (ni estaba, ni se le esperaba en el Congreso). Un debate absurdo, mientras oímos y leemos que hay niños desnutridos por las calles de Cataluña, que la sanidad es un desastre y la educación es más propia de dictaduras que de territorios democráticos.
Arturo Mas, un muerto político |
Los nacionalistas han perdido una batalla, pero, para nuestra desgracia, no la guerra. Lo que tenemos que hacer los que amanos España y nuestra Democracia es demostrar con argumentos solidos, que existen, el por qué Cataluña es importante para España y España es importante para Cataluña. Por supuesto, es absurdo proponer como hace el PSOE una reforma constitucional porque el federalismo no es la solución.
Somos un país grande, nadie debe dudar de eso. Pero también los que conformamos nuestra Patria hemos de ser consientes que lo que hagamos ahora, repercutirá en el futuro de millones de personas. Esa es la diferencia con los nacionalistas. Los Patriotas defienden los intereses de sus ciudadanos, mientras los nacionalistas defienden sus interes. Y para colmo, sus intereses los defienden con el insulto y la mentira. El nacionalismo, es algo comprobado, ha estado conformado por gente despreciable, que dinamito países enteros durante el Siglo XXI y que sigue siendo una amenaza en la actualidad. Y con la gente que comete ilegalidades no se negocia. En todo caso acaban en la cárcel.
PD: Todas mis condolencias a la familia de José Rodríguez, Editor-Director de EL Día de Tenerife con el que ni mucho menos coincido con su ideario nacionalista, pero al que hay que reconocer que hizo de su periódico el más leído de Canarias. D. E. P.
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