El que determinados regímenes utilicen a personas o actos sociales para arrimar el ascua a su sardina es bastante y desgraciadamente habitual.
También lo hacen los partidos políticos. No hay más que recordar al PSOE que hizo un anuncio favorable a Zapatero con determinada gente conocida, que no importante, haciendo el signo de la ceja, en clara referencia a esa desgracia humana que tuvimos como Presidente.
Si esto lo hace un partido político que se supone es democrático, que no van ha hacer los nacionalismos que llegan hasta el punto de utilizar a niños para esparcir sus mentiras y odio congénito. Lo han hecho con la educación todo este tiempo y se lo han permitido para nuestra desgracia.
Pero una de las cosas que más utilizan determinados personajes son los deportes. Y un prototipo actual de politización deportiva es el Barcelona. El Barcelona debe ser ante todo un club deportivo y no debe dejar que usen su campo para hacer actos independentistas o cambiar su segunda equipación para "casualmente" que lleve los colores de la bandera del Reino de Aragón que para ellos es de ellos (Senyera la llaman). Pero se ve que no es la última vez que el Barcelona se arrima a quien da más calor. Podríamos recordar en pleno franquismo las recalificaciones de terrenos para construir su actual campo, todo lo que hicieron las autoridades del momento para que Kubala viniese a España (lo llegaron hasta a bautizar) o la medalla al merito dada al mismo dictador y que aún mantienen. Pero hasta en el deporte, esparcen sus mentiras, sobre todo en relación al Real Madrid, su enemigo natural. Podríamos decir que en los 40, el regimen se penso seriamente en acabar con el Real Madrid porque decían que su directiva estaba compuesta de "rojos", que no ganó una liga hasta 1954 (Franco estaba en el poder desde 1939) y que el regimen comenzó a interesarse por el equipo blanco a raíz de las primeras Copas de Europa y la posibilidad de patrocinar al país mediante los exitos deportivos que se dieron en otras competiciones como la creada Copa de Ferias cuya primera edición la gano el Barcelona. Como sigan así, el Barcelona puede llegar a ser muy odiado en España porque no sólo de fútbol vive el hombre.
Es reseñable la cantidad de mentiras y disparates soltada por esa banda de truhanes que hasta hace nada, vitoreaban a uno que yo me se y ahora nos hablan de que son un país y otros disparates más. Cuando no se puede combatir con la razón, la historia o la economía, se utilizan otras armas y esa es la politización de la sociedad, la creación de bandos en la que los nuestros son los mejores y los otros son unos traidores. Así de simple.
Por eso no entiendo la justificación de los nacionalismos por parte de gente que se supone defiende a España en base a la Democracia. La Democracia es importante, pero también hay que decir que aquellos que no participan de ella, no merecen estar dentro. Porque hay que recordar que los nacionalismos no son precisamente tolerantes con aquellos que piensan diferente, creandose pequeños grupos de gente para ellos asocial que no merecen nada. Lo vemos en Cataluña y lo vimos en regimenes de países muy importantes como Italia o Alemania. Si las Democracias y algunos democratas no tuvieran esa obsesión por meter a todo el mundo (fascistas, comunistas, etc.) no pasarían estas cosas y serían muchos más fuertes. Pero esa es la eterna obsesión democrata: la autodestrucción.
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