lunes, 9 de septiembre de 2013

Genios de la Literatura: San Juan de la Cruz

Con la llegada del Sigo de Oro Español de las Artes y las Letras tuvo lugar un boom del arte religioso, destacando también en la literatura. Uno de los grandes representantes de la literatura religiosa del momento fue San Juan de la Cruz que, junto con Santa Teresa de Jesús, es uno de los grandes literatos religiosos de esos años.


Juan de Yepes Álvarez nació en Fontiveros, Ávila (España), el 24 de Junio de 1542. La infancia del pequeño Juan es destacable por la gran pobreza que vivió su familia, sobre todo a raiz de la muerte del cabeza de familia cuando sólo tenía cuatro años. A los deis años falleció su hermano Luis, quedando él jundo a su otro hermano Francisco y su madre.
Muchos hablan de que su excasa corpulencia fue debido a la necesidad alimenticia que paso en su infancia, además de destacar por su baja estatura, de ahí que Santa Teresa lo llamara "mi medio fraile". En 1551, la familia se traslada a Medina del Campo en busca buena suerte. La suerte les vino de cara cuando, que les su hermano se caso una joven de posibles, Ana Izquierdo, posibilitando que se establecieran definitivamente. Juan, gracias a su condición de pobre de solemnidad, asistió al Colegio de los Niños de la Doctrina, algo que le obligaba a realizar ciertas contraprestaciones, como asistir en el convento, la ayuda a Misa y a los Oficios, acompañamiento en entierros y la práctica de pedir limosna. La formación que recibió en el colegio le posibilito que siguiera con su formación en el creado Colegio de los Jesuitas, lo que hizo que se interesara por las humanidades, destacando en el ámbito de las letras. Como alumno externo y a tiempo parcial, compaginó sus estudios con un trabajo de asistencia en el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Medina del Campo, especializado en la curación de enfermedades venéreas.
Hasta 1563 estudio con los jesuitas, recibiendo una solida educación. Juan leyó a los grandes clásicos como Cicerón, Virgilio u Ovidio, representantes de la literatura latina, grandes clásicos de la humanidad. Por otra parte, es necesario decir que Juan vivió las nuevas corrientes del humanismo cristiano.
A los veintiún años, ingresa en el Convento de los Padres Carmelitas de Medina del Campo y adopta el nombre de Fray Juan de san Matías. Realizó el noviciado entre 1563 y 1564 en el Convento de Santa Ana y se traslada a Salamanca donde estudia en el Colegio de San Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos necesarios para bachillerarse en artes. Durante el último curso, fue nombrado, por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el colegio de San Andrés.
Se plantea irse a la Cartuja, pero vuelve a Medina del Campo. Es ordenado presbítero y celebra su primera misa en presencia de su hermano, el resto de su familia y sus amigos del convento. En Medina conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, la futura Santa Teresa de Jesús, a la que uniria una gran amistad. 
En Salamanca inicia sus estudios de teología, pero no logra terminar. En Agosto abandona Salamanca, acompañando a Teresa en su fundación femenina de Valladolid. En 1568 funda en Duruelo (Ávila) el primer convento de la rama masculina del Carmelo Descalzo siguiendo la llamada "Regla Primitiva" de San Alberto, la cual propugna un establecimiento que propugna el retorno a la práctica original de la orden. Allí cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz. En 1570 la fundación se traslada a Mancera, donde Juan desempeña el cargo de subprior y maestro de novicios. Tras una breve estancia en Pastrana, se establece en Alcalá de Henares como rector del  recientemente creado Colegio convento de Carmelitas Descalzos de San Cirilo.
Es invitado por Teresa al Convento de la Encarnación en Ávila, donde asume las tareas de vicario y confesor de las monjas. 
Juan destaca por una poesía, propia del humanismo cristiano llegando al misticismo al que se acerco Teresa de Jesús y sus grandes poemas destacan de esa época por influencia de la propia Teresa a la que tenía gran estima.


El enfrentamiento entre Carmelitas descalzos y calzados debido a distintos enfoques espirituales de la reforma, el pleito se enmarcaba también en la confrontación entre el poder real y el pontificio por dominar el sector de las órdenes religiosas. El Capítulo General de los Carmelitas envió un visitador de la Orden para suprimir los conventos fundados sin licencia del General y la Madre Teresa fue recluida en un convento.
Se produce el encarcelamiento de Juan de la Cruz, donde se le obliga a renunciar a la reforma teresiana, pero se niega y es recluido en un convento. En prisión escribe las treinta y una primeras estrofas del "Cántico Espiritual", varios romances y el poema de "la fonte", siendo cantados por él para consolarse.
Entre 16 y 18 de Mayo de 1578, con la ayuda de un carcelero consigue escapar y se acoge en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas en Toledo. Las monjas lo envían al Hospital de Santa Cruz, en el que estuvo mes y medio por mayor seguridad.
Se dirige a Andalucía y va a Almodóvar del Campo, cuna de los místicos y llega como Vicario al convento de El Calvario en Beas de Segura, Jaén. Allí entabla amistad con Ana de Jesús. En 1579 se establece en la fundación de Baeza, permaneciendo como Rector del Colegio Mayor hasta 1582, año en que marcha para Granada tras ser nombrado Tercer Definidor y Prior de los Mártires de esa ciudad. Realiza múltiples viajes por tierras de Andalucía y Portugal, por razones del cargo. En 1588 es elegido Primer Definidor y Tercer Consiliario de la Consulta, la cual le traslada a Segovia.


Tras un enfrentamiento doctrinal es destituido en 1591 de todos sus cargos. Durante su viaje a Segovia, Juan de la Cruz fallece el 14 de Diciembre de 1591, en Ubeda, siendo uno de los grandes místicos de la historia de la literatura cristiana. Es beatificado en 1675 por Clemente X y canonizado por Benedicto XIII en 1726. Ya en pleno Siglo XX, Pio IX lo nombra Doctor de la Iglesia Universal y es nombrado patrono de los Poetas Españolas, un patronazgo merecido y como prueba un ejemplo lo tenemos en este poema conocido como "Llama de Amor viva":
1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. Muerte en vida la has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
Como podemos ver es toda una maravilla del Siglo de Oro Español, en el cual San Juan de la Cruz es uno de sus máximos representantes.
Su vida y obra se pueden consultar en: San Juan de la Cruz-Wikipedia

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