domingo, 15 de septiembre de 2013

La justicia de cabeza

En estos últimos años se ha puesto en tela de juicio a muchas instituciones, desde el Parlamente hasta a la Monarquía. Los ciudadanos tenemos algo en que creer y el ver determinadas actitudes por parte de jueces o políticos (a veces son lo mismo) no ayuda nada.


Vivimos en un país muy dado a los jueces estrella, aquellos "jueces" acostumbrados a significarse de determinado signo, generalmente el mismo, y en este país no pasa nada. Vemos como los políticos nombran a los miembros del Consejo General del Poder Judicial y no pasa nada. 
Resulta llamativo que aparezca en una fotos el juez del caso Noos tomándose unas copas con la abogada de una de las partes y haya gente que hasta lo defienda hasta el punto de ampararse en que eso es habitual. ¿Todos los jueces toman copas con abogacia y fiscalía? 
Esto siendo verdad no deja de ser una trampa. Que se haya admitido, vía constitucional, que los asesinos vuelvan a las instituciones, no quiere decir que se haya legalizado el asesinato. No digo que el juez este haciendo algo malo o hablando del caso concreto, pero esta claro que no resulta ni estetico, ni bien visto que un juez se reuna con las partes. Más de uno se tiraría de los pelos, si el juez hubiera sido "pillado" con el abogado de Urdangarin.
Dejando de lado el caso concreto, que algunos jueces sin escrúpulos lo hayan hecho, no significa que este bien. Un juez tiene que ser honrado y parecerlo. Al igual que tiene que ser totalmente apolítico, evitar criticar a un compañero de profesión o participar en tertulias. El mejor juez es al que se le oye cuando juzga y no cuando participa de la basura televisiva de algunas cadenas conocidas por todos.
Y si de verdad quieren meterse en política, que se metan. Pero que no ensucien una institución como es la justicia que, ante todo, debe ser garantista de los derechos de TODOS los ciudadanos, preservando aquello que algunos se jactan de hablar que es el Estado de Derecho, el cual, para nuestra desgracia, no se esta aplicando por esa manía de los políticos de ensuciarlo todo.

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