viernes, 6 de septiembre de 2013

Debaten lo que les interesa

Me resulto llamativo como en un debate televisivo de una cadena concreta en la que llevan hablando una hora del tema de Barcenas, después comiencen a comentar los desmanes de los sindicalistas de la UGT en Andalucia y un periodista del que me reservo el nombre (aunque les diré que nunca coincidiré con él en ideología) se queje de que lleven hablando quince minutos (¡!) de este tema.


Eso demuestra como desde determinados sector político quieren esconder sus propias miserias, como si hablar de corrupción fuera algo que sólo les atañera a ellos. Un caso paradigmático es el de la sexta (el canal de Zapatero), el cual sólo le falta hablar, en sus debates, el como Barcenas va al baño, mientras de los Eres andaluces que independientemente de ser un caso aún más grave, nos atañe a todos los españoles en general y a los andaluces en concreto, ayer sólo hablaron treinta segundos (un record para ellos) y del caso de espionaje de Barcelona que atañe el partido socialista catalán, los treinta segundos siguientes. A veces me digo en broma que se les va a secar el cerebro como al celebre Quijote y van a ver a Barcenas hasta en sueños.
Eso nos demuestra que, no ya sólo desde la política, sino desde el periodismo se alienta a pensar de una forma rastrera, hablando con desprecio de las miserias de los adversarios políticos, mientras lo nuestros, si se sabe menos, mejor. Tampoco consiste en contar cuantos números de imputados tiene cada partido (como he visto hacer a algún periodista) porque todo acto de corrupción es el fracaso de las instituciones y la sociedad en su conjunto. 
Me hace gracia cuando los periodistas hablan de que el político tiene que ser honrado y parecerlo (como la mujer del Cesar) y esta bien. Pero también el periodista tiene que ser objetivo y parecerlo. Si quieren formar parte del partido político en cuestión porque coinciden en su ideología o son afines, me parece bien, pero que no hagan como han hecho hasta ahora que es utilizar la información en función de sus conveniencias políticas o de quien es tu jefe.

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