Un mago llamado Pepe Samitier

A lo largo de los inicios del fútbol en España, hubo grandes jugadores, unos más técnicos y otros más rudos, aunque eficaces. Uno de los primeros es uno de los más grandes, no sólo de su época, sino de la historia del fútbol nacional. Les estoy hablando de Pepe Samitier.

El que lo conocieran como "el Mago" no era casualidad. Samitier fue una de las grandes enseñas del Barcelona, así como de los inicios del Combinado Nacional allá por 1920 en los Juegos Olímpicos de Ámberes donde conseguiría una histórica Plata.

Desde el centro del campo, llegaba al ataque hasta el punto de jugar varias veces de centrodelantero. Samitier muy pronto fue "hombre langosta" dada su gran habilidad. Pero su juego también se traducía en títulos. Hasta cinco Copas de España, que le hicieron ser el jugador que más había ganado, siendo superado a posteriori por otro todoterreno del balompié, Agustín Gaiza, el gran "gamo de Dublín".

Dsiparando a puerta

Estuvo en la primera edición de la liga, que conseguirá su equipo, aunque estaba en franco declive, pero Samitier que tanto había dado a su escuadra, no merecía el castigo de ser practicamente despedido del club de su vida. 

Con Zamora

Sería Santiago Bernabéu, por aquel entonces Director Deportivo del Real Madrid, el que conseguirá ficharlo a coste cero en lo que fue una operación de alto riesgo debido a su edad (30 años). Sin embargo, en el Real Madrid vivió una mini época dorada consiguiendo la liga y anotando goles, entre ellos al Barcelona en el que fue, curiosamente, el día de su debut. En el Real Madrid se encontraría con su gran amigo, el portero Ricardo Zamora, "el divino", uno de los más grandes arqueros de la historia.

Firmando para el Real Madrid

Como entrenador dirigió en plena guerra civil al Niza, donde contrato al propio Zamora, y al equipo de su vida, el Barcelona, ganando la liga. Fue el primer entrenador nacional que gano la liga con el conjunto azulgrana, siendo Guardiola, el otro.

Samitier ha sido uno de los grandes del fútbol nacional, un grande sin el que no se comprenderían los inicios del fútbol español.