Cuando se habla de Isaac Newton sobran las presentaciones, este físico, matemático y filosofo inglés formulo las claves para entender la denominada "Ley de la Gravitación Universal" además de establecer las bases de la mecánica.
Newton era muy cristiano, considerandose, en cierta medida, como científico que era, un mero descubridor de los secretos de Dios y el Universo. Cierto día le pidió a un amigo suyo que elaborara una maqueta del sistema solar. Para ellos puso unas bolas que representaban los planetas, los cuales estaban engranados juntos de modo que su movimiento en órbita fuera conforme a la realidad. Allí quedo en su despacho, admirándose de la calidad del trabajo realizado por su amigo.
Unos días después, lo fue a visitar un ateo recalcitrante, hasta el punto de ridiculizar a aquel que creía en Dios tachandolo de poco inteligente. Es por eso que le desagradaba que Newton creyera en un ser supremo, siendo científico. Era algo que no le cabía en la cabeza.
Entrando en el despacho, se encontró con la fabulosa maqueta, haciéndola funcionar y se quedo maravillado por tal prodigio. Su amigo le pregunto: "¿Quién lo hizo?" a lo que Newton respondió: "Nadie". Su amigo se quedo extrañado y le dijo que era imposible. Alguien tenía que haber hecho semejante artilugio. Newton le contesto: "Esto no es sino una imitación insignificante de un sistema mucho mayor
cuyas leyes tú conoces, y yo no puedo convencerte de que este simple
juguete no tiene diseñador y hacedor; ¡sin embargo, tú afirmas creer que
el gran original del cual se tomó este diseño ha llegado a existir sin
diseñador o hacedor!".
Con esta anécdota, Newton había expresado más de lo que parecía. La ciencia es sólo un mero transmisor para llegar a Dios. Al creador del universo entero, del cual muchos decían y dicen, que no existe, aunque como nos dejo claro el propio Newton todo fue creado por alguien. Y ese alguien es Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario