lunes, 21 de marzo de 2016

Santiago García Sanabria; un Alcalde para la historia

En el centro de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife nos encontramos con el parque García Sanabria, una de las joyas de la corona de la capital de la isla no siempre bien cuidada por los sucesivos Gobiernos municipales y me atrevería a decir que por los ciudadanos. El hombre que le da nombre al parque fue edil de la ciudad, siendo una figura destacada de su historia a la par que desconocida.


Don Santiago García Sanabria nació en 1880 en la calle de la República, que es la actual Juan Pablo II. Sí algo destacó en García Sanabria fue el tesón y es que después de su breve etapa militar (a los dieciséis años ingresó como voluntario en el Batallón de Infantería de la plaza), estudió leyes, así como varios idiomas lo que le ayudó muchisimo a la hora de sus actividades empresariales. 
Don Santiago comenzó a hacerse un hueco no sólo a nivel empresarial, sino político, tachandosele de figura recta y bastante honesta y disciplinada (puede que fuera por su comentada etapa militar). Lo cierto es que, tras ser Presidente de la comunidad del Embalse de Tahodio, formó en 1918 con Juan Martí Dehesa, la Unión Regionalista, un partido político no nacionalista, pero defensor de las singularidades del Archipiélago canario. En Septiembre de 1923 se produce el golpe militar del Capitán General de Cataluña Miguel Primo de Rivera (aceptado por Alfonso XIII) y, el primero de Octubre, en sesión extraordinaria bajo la presidencia del Gobernador Civil, cesa en pleno el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, la cual era en aquellos momentos capital de toda Canarias. El Ayuntamiento cesante fue sustituido por una Junta Municipal de Asociados que procede a la elección de alcalde en votación secreta. De los 29 votos posibles, don Santiago García Sanabria obtiene 24.


García Sanabria sería Alcalde en dos étapas: la primera durante la mencionada dictadura del General Primo de Rivera y la segunda en 1930 (antes de la proclamación de la República). A él se debe la construcción del mencionado parque que lleva su nombre, así como una gestión economica eficiente en la que se incluye la mejora del alcantarillado de la ciudad, inicio de las obras del puente Galcerán, acondicionamiento de los castillos ya existentes, así como la mejora de edificios como el cementerio, mercado, etc. Una pena muy grande para él, fue la división de la provincia de Canarias en dos (Santa Cruz de Tenerife y las Palmas de la Gran Canaria), algo que hizo que la ciudad que él presidía, perdiera su condición de capital de todas las islas.
Cabe decir que García Sanabria dimitió en 1925, siendo sustituido por Francisco La Roche Aguilar (un viejo conocido del callejero chicharrero) para volver, tras la dimisión del mencionado La Roche con una votación que reflejaba el cariño existente hacía García Sanabria: de los 32 votos posibles, 31 fueron para don Santiago. Dimitió en 1930, tras las críticas de la oposición. García Sanabria salió del pleno del Ayuntamiento con una ovación de los concejales puestos en pie.


El 22 de mayo de 1935, siendo alcalde Francisco Martínez Viera, se suspende la sesión municipal que se estaba celebrando debido a una triste noticia: La muerte de don Santiago García Sanabria. Fue entonces cuando comenzaron las iniciativas y gestiones para erigirle un monumento. Tras muchas cavilaciones sobre su emplazamiento, el 4 de Octubre de 1937 se acordó alzarlo en la plazoleta central de uno de los mayores logros de su Alcaldía. Dicho monumento se puso en el Parque Municipal, al que se le dio su nombre.

3 comentarios:

  1. Sin duda el mejor Alcalde que ha tenido nunca la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Por ello, además del Parque Municipal que lleva su nombre, debería aprobarse por el Plano del Ayuntamiento de la capital de la isla que lleve también su nombre alguna de las principales calles de la ciudad.

    ResponderEliminar
  2. Hola buen día busco información sobre el árbol genealógico de el alcalde Sanabria ya que podría ser mi ancestro quien sepa algo porfavor ...

    ResponderEliminar