Esta sería la primera película del binomio Roberto Rossellini-Ingrid Bergman, una obra que no hizo otra cosa que acrecentar la capacidad del cineasta italiano para mostrarnos la dura realidad, tras la Segunda Guerra Mundial, y la de una Bergman capaz de actuar a la perfección en todo tipo de películas.
Karin (Ingrid Bergman) es un refugiada de Lituania internada en un campo para extranjeros durante la Segunda Guerra Mundial. Karin quiere escapar de esa tortura y para ello tiene dos opciones: emigrar a Argentina o quedarse en Italia.
Es en ese tiempo cuando conoce a Antonio (Marco Vitale), un prisionero de guerra italiano, y ve en ello la posibilidad de obtener la ciudadanía al casarse con él. Tras verse, separados por una reja, él no sólo accede, sino que se muestra ilusionado ante su matrimonio con la joven Karin, la cual sólo quiere escapar de ese campo de concentración. Tras ser liberados, poco después se entera de que irán al lugar natal de Antonio: la isla de Stromboli.
Stromboli es dura y seca, con una gran actividad volcánica. Sus habitantes, entre los que se encuentra Antonio, se dedican fundamentalmente a la pesca. Los problemas de Karin en la isla aumentaran, viendo que la población de la zona es profundamente conservadora, siendo rechazada no tanto explícitamente, sino implícitamente especialmente con la mirada de las mujeres del lugar, que saben el lugar de procedencia de la joven a la que rechazan por su condición de "extraña" y extranjera.
Una "extraña" en Stromboli |
En las murmuraciones en torno a Karin, influirá el animo de un Antonio tradicional y excesivamente celoso, el cual en alguna ocasión pega a su mujer ante el supuesto coqueteo de la joven, algo que hace que Antonio la obligue a permanecer a su lado, encerrándola si es preciso. Ella, no obstante, quiere salir de una isla inhóspita, que le ahoga, siendo evidente que escapó de un campo de refugiados para caer en una isla que es peor que éste. Ni siquiera el Sacerdote de la zona (Renzo Cesana), accede a ayudar a una joven desesperada.
Por otra parte, Karin, descubre que está embarazada y se convence de salir de la isla para poder darle una vida mejor a su hijo, lejos de las erupciones de Stromboli y de una vida pesquera llena de inseguridades. Una de las continuas erupciones a punto esta de acabar con la vida de ella y de algunos lugareños.
Aprovechando
su encanto, recibe la ayuda del cuidador del faro (Mario Sponzo), la única
persona de confianza, el cual le presta su ayuda para tratar de huir, aunque en medio de una nueva erupción. Su desesperada huida
parece imposible. Al
caer la noche y viendo que todo parece haber acabado, llena de ansiedad, comienza a orar
a Dios. Karin ora por la ayuda de Dios, decidida
a salvar el hijo que lleva en sus entrañas.
Esta película, que al principio obtuvo malas críticas (puede que por el affaire Rossellini-Bergman más que por la calidad de la misma), es evidente que busca retratar la desesperación en medio de un ambiente hostil, tanto a nivel natural como social; un ambiente poco proclive al cambio, donde el cariz claustrofóbico de vivir en una isla hace el resto. Una obra en la que Rossellini reinventó el realismo para convertirlo en una metáfora de la propia vida.
Ficha
Dirección
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Roberto Rossellini
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Producción
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Roberto Rossellini
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Guión
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Sergio Amidei
Gian Paolo Callegari Roberto Rossellini |
Música
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Renzo Rossellini
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Fotografía
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Otello Martelli
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Montaje
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Jolanda Benvenuti
Roland Gross Alfred L. Werker |
Otros datos
País
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Italia
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Año
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1950
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Género
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Drama
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Duración
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107’
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Protagonistas
Actor
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Personaje
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Ingrid Bergman
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Karin
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Mario Vitale
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Antonio
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Renzo Cesana
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El Sacerdote
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Mario Sponzo
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El hombre del faro
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Gaetano Famularo
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El hombre de la guitarra
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