Publicada en el disco "Pongo en tus Manos Abiertas...", esta canción es una de las más recordadas de la tristemente corta carrera de Victor Jara, dedicada muy especialmente a aquellas mujeres que tienen que bregar día a día, soportando las injusticias sociales en relación a la diferencia de trato entre hombres y mujeres.
El propio Jara llegó a decir: " “La mujer no es una esclava: es igual al hombre y tiene los mismos derechos. Pedirle a la mujer pureza y dedicación al hogar y al hombre no, es ser esclavista. El hombre no es nada sin la mujer”. Sin embargo, parece que hay una historia en torno a la canción y relacionada al nombre Amanda.
Según el libro "Como una Historia" de José Manuel García, la canción fue escrita en 1968, cuando Jara se encontraba en Londres invitado por el British Council, debido a su grandes logros como director teatral. Mientras se encontraba en Stratford-upon-Avon, en la celebración del aclamado Shakespeare´s Birthday, en Chile su hija Amanda, que en aquel momento tenía 3 años, enfermaba, siendo llevada al hospital. Al saber tal noticia, Jara empezó a enviar cartas a su esposa para saber el estado de salud de su hija pero justo eran los días donde los funcionarios del Correo en Inglaterra se habían ido a huelga, lo que hacía imposible la comunicación. Asi que, sentado en la cama de su hotel, ante la falta de noticias, compuso "Te recuerdo, Amanda".
La canción dedicada a sus padres y muy especialmente a su hija Amanda, acabó por ser reconocida como una de las mejores de toda América Latina. Cinco años después con el advenimiento de la dictadura de Pinochet, Víctor Jara, tras ser vilmente torturado, era acribillado a balazos. Puede que con el último aliento, con el hilo de voz que aún le quedaba, su últimas palabras fueran para Amanda... te recuerdo, Amanda...
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