domingo, 6 de septiembre de 2015

La alegoría de la caverna

Platón nos relata esta alegoría. En ella nos describe a una caverna; un espacio cavernoso, en el que se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas por lo que sólo pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder girar la cabeza. Detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo, en el que se encuentra una hoguera. Por el pasillo del muro circulan una serie de personajes portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la mencionada hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.


Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos, ya que no han visto en su vida otra cosa que dichas sombras. Platón nos cuenta lo que pasaría, sí uno de estos hombres fuera liberado. Sería consiente de una realidad diferente. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la primera, que está compuesta sólo de apariencias sensibles. Una vez asumida esta situación, el hombre se ve obligado a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (otros hombres, árboles, lagos, etc. ) fundamento de las anteriores realidades, que ellos creían que era la única realidad. A continuación, ve directamente "el Sol y lo que le es propio", una metáfora que encarna la idea de Bien. El hombre esta siendo testigo de la Realidad superior; más grande que la realidad derivada de los sentidos, de las sombras, que no es más que una realidad aparente y, por lo tanto, ficticia. 

Mundo invisible (sentidos) frente al mundo ininteligible (razón)

La alegoría finaliza al hacer entrar nuevamente al prisionero al interior de la caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas. Sin embargo, ellos se reirían de él. Pero ¿Cuál es el motivo de dichas burlas? 


El motivo, nos cuenta Platón, sería afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del Sol a la oscuridad de la caverna. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a los presos hacia la luz, Platón nos relata que éstos son capaces de asesinarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad. 


Hay que tener en cuenta que la filosofía de Platón se basa mucho en que las supuestas realidades aparentes no son realidades absolutas. Platón despreciaba el mundo visible, el producido por los sentidos (una realidad aparente; no real), hablándonos de una realidad superior (que sólo es alcanzable mediante el uso de la Razón), al igual que había hecho su maestro Sócrates al que, en esta alegoría, vincula el esfuerzo del mencionado Sócrates por ayudar a los hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte. Esta alegoría, a la que algunos llaman "mito de la caverna", es muy conocida y la podemos encontrar al principio del VII libro de la República, sobre la situación en que se encuentra el ser humano respecto del ideal al que debe llegar: el conocimiento.

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