Esta es quizá una de las canciones que más definió a una generación en aquellos primeros años de la década de los 90 y todo comenzó en el Festival de la Canción de Eurovisión. Sergio Dalma encontraría en esta canción la que podríamos definir como uno de sus grandes éxitos.
Sin embargo, para poder participar se le tuvo que suprimírsele en el directo una estrofa y un estribillo debido al límite de duración exigido por la organización. El caso es que no sólo los españoles nos emocionamos con esta canción, sino toda Europa, ya que acabó cuarta y tan solo dos países no votaron a Sergio.
La canción, como ya he dicho, fue mucho más importante que una simple edición de un Festival, ya que sobrepaso toda una época en la que pareció volverse a la música melódica, abandonada en parte debido al efecto de la movida madrileña. Una canción que nos dejó claro que bailar de lejos no era bailar; bailar pegados si es bailar.
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