36 años de cruel dictadura vivimos los españoles; unos años en los que Franco era el líder supremo (aunque algunos como Carrero Blanco eran más franquistas que el propio Franco). Sin embargo, esto no podía haber sido así. Y no hablo tanto del resultado final de la guerra, sino del que hubiera sido el líder del bando rebelde, aquel que se sublevó contra una muerta Segunda República. El hombre destinado a ser dictador no se llamaba Francisco Franco, sino José Sanjurjo.
Sanjurjo fue un hombre importante durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, que era su amigo y llegó a ser Director General de la Guardia Civil, algo que simultaneo con su puesto de Alto Comisario en Marruecos. Sanjurjo nunca perdonó a Alfonso XIII que abandonara a Primo de Rivera a su suerte, algo que aceleró la dimisión de éste, y la llegada poco tiempo después de una República a la que el mismo Sanjurjo se opuso firmemente. Las reformas militares de Manuel Azaña no gustaron y eso aceleró que el propio Sanjurjo dirigiera un intento de golpe de Estado, que tiunfaría únicamente en Sevilla. Este intento se conoció como Sanjurjada y, tras el fracaso, intentó huir hasta Portugal, pero fue detenido en Huelva.
Sanjurjo charlando con Francisco Franco |
Fue condenado a muerte, aunque la pena se le conmutó por la pena perpetua. Con la llegada de Lerroux como Presidente con el apoyo de la CEDA (que había sido realmente la ganadora de las elecciones ¡Qué cosas!) se le desterró a Estoril, desde donde se mantendría en contacto con Generales como Emilio Mola para intentar otro golpe.
La situación en España beneficio a los militares que querían sublevarse. La sociedad española se había polarizado tanto que las guerras callejeras entre comunistas (apoyados por los socialistas) y los falangistas dirigidos por un José Antonio que fue encarcelado era lo común. Los planes para el golpe se aceleraron con el asesinato de José Calvo Sotelo, pero era necesario que Franco se trasladara desde las Islas Canarias (a las que había sido desterrado en funciones de Capitán General) a Marruecos para ponerse al frente de los regulares e iniciar el golpe desde el sur.
Sanjurjo, el segundo por la derecha, antes del juicio por el intento de 1932 |
Franco sería el último en adherirse a la rebelión militar, algo que enfado profundamente a Sanjurjo. El propio Sanjurjo odiaba a Franco desde mucho antes, ya que lo consideraba un tipo con muy poca personalidad, de escaso carácter y que no estaba comprometido en sus funciones de defensa a la Patria (más de una vez lo llamaba "Franquito" de forma peyorativa para insultarlo continuamente). Finalmente, Franco se unió a la rebelión.
Sanjurjo iba a ser el líder supremo de la rebelión e iba a viajar desde Estoril a Burgos, donde había triunfado el golpe para asumir el mando de lo que se suponía iba a ser una difícil guerra. Sin embargo, el aparato no consiguió elevarse y se estrella a los pocos momentos del despegue,
terminando envuelto en llamas al impactar contra una valla de piedra en la
actual rua de Santa Cruz, en la pedanía de Areia, Cascais.
Este suceso supuso toda una conmoción en los militares rebeldes, que tuvieron que ponerse manos a la obra para escoger a su lider, que acabaría siendo Franco, aquel al que Sanjurjo despreciaba. Mucho se hablo de que ese accidente no lo fue tanto y pudo deberse a un sabotaje, algo que se hizo sospechosamente patente cuando Mola tuvo un accidente similar.
Sea un suceso accidental o provocado, lo cierto es que Sanjurjo, el hombre destinado a ser dictador de España, falleció, mientras Franco, el último de los militares en unirse a la rebelión, sería el Jefe supremo del que se denominaria bando nacional y posteriormente dictador durante casi cuatro décadas.
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