martes, 24 de febrero de 2015

La crísis del parlamentarismo en España

Entiendanme que cuando habló de una crisis parlamentaria no me estoy refiriendo al sistema democrático. Me estoy refiriendo a una forma de actuar y exponer las propias ideas desde el respeto y la convicción en los propios valores. Y es que dentro de nuestra política no destacamos por tener unos grandes oradores. La capacidad dialéctica es fundamental a la hora de exponer unas ideas. Desgraciadamente hemos llegado a un tiempo en el que armar algaradas, insultar o no dejar hablar al adversario se ha convertido en ley no sólo en la política, sino en cualquier ámbito, siendo el más destacable el de la televisión, un medio que, no nos engañemos, es fiel reflejo de nuestra sociedad. 


No siempre fue así. En la política española hemos tenido unos grandes oradores: Cánovas, Azaña, Castelar... De hecho el existe la frase hecha "esta hecho un Castelar" para referirnos a una persona con gran capacidad de oratoria. 
Esto viene a raíz de que hoy simplemente muchos políticos sean de la ideología que sean dan vergüenza ajena: cuando no están leyendo el discurso, se dedican al insulto fácil o al eslogan más propio de una campaña electoral o de un mitin. Me temo que en el Debate sobre el Estado de la Nación veremos más de esto último. Una pena porque ahora mismo y, aunque haya algún dato económico bueno, todavía vivimos en una situación lamentable en la que el ciudadano reciba propuestas de cambio, tanto de regeneración política como social y económica. 

Castelar: "La libertad es el instrumento que puso Dios en manos del hombre para que realizase su destino"

España necesita políticos con propuestas serías y reales. Unos políticos que estén comprometidos con la Democracia y con el futuro de España. Unos políticos que no piensen a 4 años vista, sino en el futuro más allá de una simple elecciones. Y, por supuesto, unos políticos que tengan una capacidad aceptable a la hora de exponer sus ideas.

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