Tras el primer Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en Uruguay, el siguiente encargado de organizar tal evento fue la Italia fascista. Increíblemente, se optaba por organizar un evento tan grande en un país gobernado por uno de los grandes tiranos de la historia, Benito Mussolini.
Las irregularidades comenzaron dentro de la elección de candidaturas (dicen que Suecia se bajo de la elección por presiones italianas) y acabaron en que la Selección Italiana albergaba hasta cinco extranjeros (cuatro argentinos y un brasileño). Los árbitros se encargarían del resto.
Prueba de ello fueron los cuartos de final entre España y los anfitriones. Los jugadores españoles consiguieron un valioso empate, que mereció acabar en victoria, tras las entradas indiscriminadas de los italianos ante la pasividad arbitral. Para el partido de desempate, hubo bastantes bajas por parte del combinados español, entre ellas la de Zamora al que le habían partido literalmente las costillas. Una falta previa al portero posibilito que Italia marcara el gol que significaba la victoria italiana. Los españoles vieron como les anulaban un par de goles.
Lo mismo le pasaría al combinado austriaco, que perdió gracias a otra carga ilegal al portero. En la final contra Checoslovaquia acabarían remontando el gol inicial checo. Múltiples favores arbitrales hubo durante el choque con permisividad ante las entradas italianas y penaltis no pitados. Cuentan que el propio Mussolini o alguien muy cercano al poder había arengado, amenazado más bien, a los jugadores italianos con ese celebre dicho militar "Vencer o morir" dando a entender que o ganaban o les tocaba sufrir. No es de extrañar que un regimen totalitario abusara de su poder no ya sólo dentro del estamento deportivo, sino de sus jugadores, pero ésto nunca fue confirmado.
La selección italiana haciendo el saludo fascista |
Lo que parece evidente es que el favoritismo hacía Italia fue enorme, algo que buscaba alentar el fanatismo de un Mussolini, al que ya en los 40 se puso en su sitio como asesino que era, pero en aquel momento muchos lo defendían, diciendo que había llevado a Italia a la grandeza que le correspondía desde el mismísimo Imperio Romano (lo mismo que se dijo de Hitler en el caso alemán tras la derrota germana en la I Guerra Mundial). El caso es que Italia también consiguió el Campeonato del Mundo en 1934, siendo la primera Selección en conseguirlo dos veces seguidas, algo que igualaría Brasil (1958 y 1962).
Final Mundial 1934 (Italia 2-1 Checoslovaquia)
Final Mundial 1938 (Italia 4-2 Hungria)
No hay comentarios:
Publicar un comentario