Como no teníamos suficientes con las andanadas nacionales de algunos catalanes, ahora vemos como los nacionalistas vascos hacen una cadena desde Durango a Pamplona en favor de una secesión donde dejan claro no ya solo su traición a la única Nación, la española, sino que dejan claro que quieren separarse llevándose a la propia Navarra.
Obviando la inmoralidad de utilizar niños en concentraciones políticas propias de miserables, la cadena humana refleja a la perfección la situación de un país al que algunos estan poniendo en una situación difícil con sus políticas secesionistas, que estan llevando a la miseria a muchos ciudadanos, los cuales se encuentran en el umbral de la pobreza.
Ahí es donde lleva el nacionalismo a los ciudadanos: a la pobreza intelectual y social. Esa cadena no iba precisamente a Pamplona, ni mucho menos. Iba hacía la nada. Una nada en la que unos políticos nefastos, que velan sólo por sus intereses, estan llevando a los ciudadanos, fomentando una situación de crísis profunda, que divide a los ciudadanos entre los mios ("buenos") y los otros ("malos"). Y un político se puede equivocar o no hacerlo bien, pero el llevar a la desesperación y a la miseria a millones de personas es de miserables.
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